Los canónigos son una de las plantas más resistentes al frío. Su origen está en Sicilia y han conquistado toda Europa gracias a sus múltiples beneficios para la salud y su delicado sabor. Durante la Edad Media, era común verlos en los jardines de los monasterios, donde los clérigos los cultivaban y consumían. Si te gusta verdura en ensaladas que puedes llevar incluso al trabajo, estos son las propiedades de los canónigos, este brote de hoja verde, que aporta salud a nuestra alimentación.
Aunque a menudo se confunden con los berros por su apariencia, los canónigos poseen hojas más grandes y un sabor que recuerda a la nuez o la avellana, con un toque ligeramente picante que se intensifica con la edad. Esta versátil planta no solo es un complemento delicioso para tus ensaladas, sino también una fuente rica en nutrientes esenciales.
Origen y cultivo de los canónigos: de Sicilia a Europa
Su historia es fascinante. comienza en Sicilia, donde se cultivaban en los jardines de los monasterios. Su nombre proviene precisamente de su asociación con los clérigos, quienes los integraban en su dieta diaria. A lo largo de los siglos, su cultivo se extendió por toda Europa, adaptándose a diferentes climas y suelos. Hoy en día, los campos de Italia, Alemania y Francia son conocidos por producir canónigos de excelente calidad, especialmente en regiones con alta humedad.
El cultivo de los canónigos no es exclusivo de los jardines monásticos. Con el tiempo, esta planta ha encontrado su lugar en los huertos europeos, creciendo de manera silvestre en campos húmedos. A pesar de su resistencia al frío, los canónigos se recolectan principalmente en otoño e invierno, cuando alcanzan su máximo esplendor. Esta temporada de cosecha coincide con la época en la que se venden en los mercados, lo que garantiza su frescura y sabor.
Curiosidades sobre su historia
Los canónigos, conocidos también como "lechuga de los corderos" o "valerianilla portuguesa", poseen un aroma característico que atrae a los gatos, quienes los utilizan como laxante natural. En siglos pasados, especialmente durante los siglos XVIII y XIX, los canónigos eran un ingrediente común en la cocina europea. Sin embargo, con el tiempo, su cultivo fue reemplazado por otras variedades de lechuga más resistentes al frío.
A pesar de su historia rica y variada, los canónigos permanecen como un ingrediente esencial en la gastronomía europea, según asegura el Ministerio de Agricultura de España. Su nombre refleja su origen monástico, pero su sabor y beneficios nutricionales han asegurado su lugar en la cocina contemporánea. Además, su crecimiento silvestre en países como Italia y Francia subraya su adaptabilidad y resistencia, características que han contribuido a su popularidad.
Descripción física y sabor de los canónigos
Los canónigos son una planta con una distinción por sus hojas verdes y brillantes. Su aspecto fresco y vibrante es un indicativo de su calidad, y su sabor es una mezcla única que recuerda a las nueces y avellanas, con un toque picante que se acentúa en las hojas más viejas. Esta combinación de sabores los convierte en un ingrediente versátil, apto para una variedad de platos.

El sabor de los canónigos es delicado, lo que los hace ideales para ensaladas y platos fríos. Su textura suave y crujiente añade un contraste interesante a cualquier receta, y su sabor no domina los otros ingredientes, sino que los complementa. Esta característica los convierte en una opción popular para quienes buscan añadir un toque gourmet a sus comidas diarias.
Además de su sabor, los canónigos son conocidos por su apariencia atractiva. Sus hojas verdes y frescas son un signo de su calidad, y su forma redondeada y compacta los hace fáciles de manejar y preparar. Esta combinación de sabor y estética los convierte en una opción popular tanto para chefs profesionales como para cocineros caseros.
Cómo conservar y limpiar los canónigos
Para que se mantengan frescos como el primer día, los canónigos necesitan de una atención especial. Se recomienda guardarlos en el frigorífico, en el cajón de las verduras, donde pueden mantenerse frescos durante tres o cuatro días. Para prolongar su vida útil, es aconsejable cubrirlos con papel absorbente, que ayuda a retener la humedad sin que se deterioren.

La limpieza de los canónigos requiere un poco de atención, especialmente si se compran en manojos. Es importante eliminar las pequeñas raíces de la base de los tallos y lavarlos cuidadosamente bajo el chorro de agua fría para eliminar cualquier resto de tierra. Si prefieres una opción más conveniente, los canónigos prelavados y envasados al vacío son una excelente alternativa, ya que solo necesitan un último aclarado antes de ser consumidos.
La mejor compra
Elígelos bien frescos, de color verde intenso y brillante, sin hojas marchitas ni amarillentas. Los canónigos de hoja pequeña suelen ser más tiernos y aromáticos, lo que los hace ideales para ensaladas y platos frescos. Aunque su limpieza puede ser un poco tediosa, el esfuerzo vale la pena por su sabor y beneficios nutricionales.

En los supermercados, puedes encontrar canónigos en diferentes presentaciones. Los manojos frescos son una opción popular, pero también están disponibles en bolsas pre-lavadas y listas para usar. Esta última opción es conveniente para quienes buscan ahorrar tiempo en la cocina, sin sacrificar la calidad del producto.
Cómo servirlos
Estos brotes de hojas verdes son deliciosos en ensaladas, ya sea solos o acompañados de otros ingredientes. Su sabor delicado se realza con una vinagreta suave, que no enmascare su esencia. También puedes experimentar salteándolos en un wok y sirviéndolos con dados de jamón, o picarlos finamente para añadir un toque fresco a un puré de patata o una tortilla.
Además de ensaladas, los canónigos pueden ser un excelente complemento para platos calientes. Su textura suave se mantiene bien al ser cocinada, y su sabor añade un toque interesante a sopas y guisos. Experimenta con diferentes combinaciones para descubrir nuevas formas de disfrutar de esta versátil planta.
Composición nutricional y propiedades de los canónigos
Los canónigos son una fuente rica en nutrientes esenciales. En 100 gramos de canónigos, encontramos 21 calorías, lo que los convierte en un alimento bajo en calorías ideal para quienes buscan perder peso. Además, contienen 2 gramos de proteínas, 1.5 gramos de fibra y una variedad de vitaminas y minerales, incluyendo vitamina C, ácido fólico, hierro, yodo y potasio.

El contenido de nutrientes es elemental y hace que tenga muchos beneficios comer canónigos. Su alto nivel de vitamina C y betacarotenos proporciona propiedades antioxidantes, mientras que el hierro y el ácido fólico son esenciales para la producción de glóbulos rojos. Además, su contenido en potasio y magnesio contribuye a la eliminación de líquidos y toxinas del cuerpo, favoreciendo la desintoxicación natural.
Normalmente, las propiedades de los canónigos crudos son unas en concreto. A continuación, tienes el desglose nutricional común de 100 gramos de canónigos, que suponen 21 kl.
- Proteínas: 2 gr
- Fibra: 1.5 g
- Carbohidratos: 0.7 gr
- Grasa: 0.4 g
- Sodio: 4 mg
- Hierro: 2.2 mg
- Calcio: 38 mg
- Potasio: 459 mg
- Magnesio: 13 mg
- Vitamina B6: 0,25 mg
- Vitamina C: 35 mg
- Vitamina E: 1 mg
Beneficios de los canónigos para la salud
Ayudan a combatir la anemia
Por su alto contenido en hierro (2 mg por 100 g, casi la misma cantidad que la que contiene la carne), los canónigos ayudan a combatir la anemia ferropénica. Además del hierro, los canónigos contienen ácido fólico, que ayuda en la fijación del hierro en la sangre. Este nutriente es crucial para la producción de glóbulos rojos y blancos, y su consumo regular puede mejorar significativamente los niveles de energía y bienestar general.
Fortalecen los huesos
Los canónigos son ricos en fósforo, hierro y manganeso, minerales esenciales para la salud ósea. Su contenido en vitamina K también juega un papel importante en el fortalecimiento de los huesos, ya que facilita la renovación del tejido óseo y mejora la densidad ósea.
Incluir canónigos en la dieta diaria puede contribuir a prevenir enfermedades óseas como la osteoporosis, especialmente en mujeres mayores de 50 años. Su consumo regular proporciona casi el 20% del calcio necesario diariamente, lo que los convierte en un complemento valioso para cualquier dieta equilibrada.
Contienen ácido fólico
El ácido fólico es esencial para la producción de glóbulos blancos y la fijación del hierro en la sangre. Los canónigos son una fuente rica de este nutriente, proporcionando la mitad del ácido fólico necesario diariamente en solo 100 gramos. Esto los convierte en un alimento recomendado para mujeres embarazadas, ya que el ácido fólico es crucial para el desarrollo del feto y la prevención de defectos congénitos.
Además de sus beneficios durante el embarazo, el ácido fólico también es importante para la salud general, ya que contribuye a la producción de ADN y ARN, y apoya el funcionamiento del sistema nervioso.
Son un sedante natural
Los canónigos son una planta de la misma familia que la valeriana. Son relajantes, ayudan a dormir y a controlar los nervios, la ansiedad y el estrés. Al igual que otros tipos de brotes, son ideales para tomarlos en verano, cuando el calor nos impide descansar bien.
Incluir canónigos en la dieta puede ser una forma efectiva de mejorar el bienestar emocional y mental, proporcionando un alivio natural a los síntomas de estrés y ansiedad.
Tienen poder antioxidante
Por su alto contenido en betacarotenos y vitaminas A, C y E, que ayudan a combatir la acción de los radicales libres por su capacidad antioxidante y aumentan nuestras defensas. Además, producen colágeno, regenerando nuestra piel, pelo y uñas, manteniéndolos en buen estado. Mejoran la visión
Mejoran la visión
Los canónigos contienen luteína y zeaxantina, nutrientes importantes para la salud ocular. Estos compuestos ayudan a prevenir la ceguera nocturna y otros problemas de visión, protegiendo los ojos de los daños causados por la luz azul y los radicales libres.
Incluir canónigos en la dieta puede ser beneficioso para mantener una buena salud ocular, especialmente en personas mayores, que son más propensas a sufrir problemas de visión relacionados con la edad.
Ayudan a eliminar líquidos y toxinas
Los canónigos son un alimento diurético ya que contienen magnesio y vitamina B. También nos aportan fibra para ayudarnos contra el estreñimiento. Por su contenido en potasio, depura y limpia la sangre de sustancias tóxicas. Si tomas dos ensaladas de canónigos al día, desintoxicarás el organismo de forma natural.
Ayudan a perder peso
Ya que apenas contienen calorías y, por su contenido en fibra nos dan sensación de saciedad. También contienen yodo, mineral que ayuda a la glándula tiroides a funcionar con normalidad. Con solo 21 calorías por cada 100 gramos, los canónigos son un alimento ideal para quienes buscan perder peso. Su alto contenido en fibra proporciona una sensación de saciedad, lo que ayuda a controlar el apetito y reducir la ingesta calórica general.
Además, los canónigos contienen yodo, un mineral que ayuda a regular el funcionamiento de la glándula tiroides, lo que puede contribuir a un metabolismo saludable y eficiente.
Recetas deliciosas con canónigos
A continuación, tienes una serie de recetas que puedes elaborar en casa para introducir los canónigos en tu dieta diaria. Puede ser a partir de ensaladas o dentro de salsas. Disfruta y prueba cada una de ellas.
Salsa de canónigos con escalonias

Para preparar una deliciosa salsa de canónigos, comienza rehogando dos escalonias y un diente de ajo muy picados en dos cucharadas de aceite. Deja enfriar y coloca en un bol. Añade una cucharada de zumo de limón, una cucharadita de mostaza en grano, dos cucharadas de canónigos picados, sal y pimienta. Esta salsa es perfecta para aderezar ensaladas de arroz o pasta, añadiendo un toque fresco y aromático.
Ensalada de canónigos, aguacate y miel

Para una ensalada refrescante, mezcla una bolsita de canónigos frescos con un puñado de nueces, frutos secos al gusto, 100 gramos de queso fresco y 150 gramos de aguacate. Para el aliño, prepara una vinagreta con aceite de oliva, vinagre de Módena, una cucharada de miel, sal y pimienta. Incorpora el aceite poco a poco para emulsionar la salsa y aliña la ensalada. Esta combinación de sabores y texturas es perfecta para una comida ligera y saludable.