15 errores que no debes cometer con la cocina italiana
La cocina italiana es una de las más famosas del mundo. Todos adoramos los platos de la ‘bella Italia’, pero también los cocinamos fatal. Estos son los errores que más cometemos con los platos de nuestros hermanos italianos.
Cuando nos quejemos de que fuera de nuestras fronteras se maltratan platos tan queridos para nosotros como la paella o el gazpacho o de que los chefs le aplican directamente chorizo a cualquier plato que consideren marca España, deberíamos pensar qué hacemos nosotros con los platos que provienen de Italia.
En España adoramos la cocina italiana, pero hay que ser sinceros: no somos expertos en prepararla. ¿El concepto ‘al dente’ implica cocinar la pasta hasta desintegrarla? ¿Dejarla dura? ¿Qué debe llevar una buena pizza? ¿Carbonara con nata? Son muchos los interrogantes que nos asaltan…
Es sorprendente que con la cantidad de pasta que se consume en nuestro país, casi cinco kilos por persona al año, tengamos tal desconocimiento de la cocina italiana y la maltratemos tanto. En Italia es la pasta es su sello de identidad y aquí poco menos que comida de cuartel… La consumimos mucho, pero de cualquier forma y manera, sin mimo.
No es de extrañar que los italianos se venguen de nuestras prácticas con propuestas como la pasta rellena de paella. Porque, no lo olvidemos, tocarles sus platos tradicionales les duele tanto como nos duele a nosotros. Y si no, recordad lo que ocurrió cuando la famosa cocinera Nigella Lawson se atrevió a añadir nata a una receta de salsa carbonara.
¿Cuáles son los platos italianos que peor se tratan?
Como ocurre siempre, los platos más famosos de una gastronomía son los que peor se tratan fuera de las fronteras. En el caso de Italia ocurre con las recetas de pasta (ay, esas carbonaras y esas boloñesas…), con el risotto, y con postres tan icónicos como el tiramisú o la panna cotta.
Y con el vino pues también sucede algo parecido… ¿Hay vida más allá del Lambrusco? Pues, aunque muchos no lo crean, hay vida enológica enorme más allá de este vino espumoso. En Italia hay una cultura vinícola muy importante con un montón de vinos y Denominaciones de Origen que merece la pena probar. De hecho el Lambrusco está tan bien visto como el ‘vino con casera’ aquí en nuestro país.
Hacemos un repaso a las cosas que más les duelen a los italianos cuando nos invade el espíritu de la mamma y nos ponemos a preparar un plato con marca Italia.
Pasta cocida con aceite (y una hojita de laurel)
Coger cualquier cazuela, llenarla de agua, añadir un chorrito de aceite e, incluso, una hojita de laurel y, cuando rompe a hervir, añadir la pasta y cocerla. Esta práctica que todos hemos puesto en práctica en alguna ocasión (lo del laurel no todo el mundo, pero lo del aceite es un clásico), es totalmente incorrecta.Cualquier italiano con el que hables te dirá que para cocer la pasta solo necesitas agua y sal. La pasta está pensada para consumir justo en el momento en el que se cocina, por lo que el aceite no es necesario. Eso sí, es fundamental usar una olla grande para que la pasta tenga espacio suficiente y no se pegue. El aceite lo único que hace es crear una película en la pasta que luego impide que coja sabor de la salsa.
Pasta, ¿'al dente'?
El concepto 'al dente' se inventó para no dejar la pasta ni dura (que sea imposible de comer) ni pasada. Es el punto justo para cocer la pasta. El tiempo dependerá del grosor de la pasta y el trigo con el que se elabore.De hecho, si has probado la pasta en Italia, habrás notado que se suele servir con menor cocción de lo que estamos acostumbrados aquí. Para ellos una pasta pasada es lo mismo que para nosotros un arroz pasado. ¡Imposible de comer!
Tirar la pasta contra la pared
Hay un falso mito muy extendido que más que enfado hace reír a los italianos: la creencia de que para comprobar el punto de cocción de la pasta hay que lanzar un espagueti contra un azulejo de la cocina.Esto, más allá de ser una cosa que hemos visto en algunas películas, no tiene ningún fundamento científico, ni sirve para nada. Para saber si la pasta está en su punto, hay que probarla. Ni más ni menos. Si una mamma italiana te ve haciendo esto, después de reírse, te va a regañar…
¡Queso para todos! Y para todo...
Pasta y queso van de la mano, pero no siempre. Hay pastas y salsas que combinan perfectamente con el queso y otros que no. Porque, aunque tenemos que reconocer que nos encantan, el parmesano y el pecorino no son la solución para todos nuestros problemas.Añade un poco de queso rallado a una pasta ‘frutti di mare’ y dinos lo que ocurre después… ¡Te cargas el plato automáticamente!
Salsa carbonara con nata
Uno de los pecados que cometemos prácticamente todos los que nos atrevemos a interpretar los platos italianos es preparar una ‘deliciosa’ pasta a la carbonara con nuestra nata y nuestro bacon. ERROR y de los que duelen.La auténtica carbonara no lleva nata, se prepara con yema de huevo, queso pecorino romano (pueden aceptar barco con el parmesano pero ya), guanciale (un embutido típico italiano elaborado con cerdo y que se parece a la panceta) y pimienta negra. Sin más ni menos.Así que, si vas a preparar una pasta con salsa de nata no la llames carbonara o se enfadarán y mucho.
Salsa boloñesa con carne picada y tomate frito
“Haré una deliciosa boloñesa con esta carne picada y este tomate frito que tengo en la nevera”. NOOOOOOO.He aquí otro craso error. Cualquiera que haya viajado a Italia habrá visto que una salsa boloñesa de verdad no se prepara mezclando carne picada con tomate y su sabor, desde luego, tampoco tiene nada que ver.La base de esta salsa es un guiso de ternera, el ragú. Para prepararlo necesitarás carne de ternera que picarás a mano o te picarán grosso modo en la carnicería, tomate triturado, verduras, un poco de leche, vino y tres horas de horno o de cocción a fuego muy lento para que la salsa quede perfecta.Ah, y jamás la acompañes con espaguetis. La salsa boloñesa va con macarrones e incluso con ñoquis.
Comer la pasta con cuchara
Comer espaguetis no resulta nada fácil si no tienes práctica, pero si se te ocurre pedir una cuchara para hacerlo delante de un italiano, le harás sufrir.La pasta no es una sopa, así que se come con tenedor. Para coger espaguetis, basta un poco de práctica para hacer pequeños ‘nidos’ con el tenedor e ir comiendo.
Usar cualquier pasta para cualquier salsa
Hay tantos tipos de pasta que es complicadísimo conocerlos todos, pero es muy importante saber qué tipo de pasta va mejor con cada plato. Hay pastas en las que las salsas resbalarán tanto que se quedará todo el sabor en el fondo del plato no en la pasta (por ejemplo, unos espaguetis con salsa boloñesa). Por lo que para un italiano, no combinar bien pasta y salsa es un error capital.
Risotto mantecado con nata
El risotto: ese arroz cremoso tan típico de la cocina italiana que preparas en casa y al que le añades dos litros de nata para que quede con esa textura. Pues querid@ amig@ , tenemos que decirte que esto NO es un risotto.El risotto es un plato que se prepara con mantequilla, caldo, queso parmesano y arroz arborio, un arroz de grano medio que tiene un alto porcentaje de almidón, lo que le aporta gran cremosidad al plato. Nunca con nata.La textura cremosa se consigue removiendo todo el tiempo durante la cocción del arroz y añadiendo el caldo poco a poco. Para terminar, se añade queso parmesano y se remueve. Eso sí es un risotto.
¿Añadir kétchup a la pasta?
Sobran las palabras ante este acto. Igual que si añadiésemos un poco de kétchup a una paella, lo mismito.La cocina italiana es sencilla, está llena de sabor y se prepara con mimo. Añadir kétchup a una pasta cocida es un delito y no solo para los italianos… Mejor guardar esta salsa para acompañar tu hamburguesa.
Pizza ¿o postre?
Para un italiano añadir fruta a una pizza es un delito de los grandes. Por lo tanto, la tan famosa y polémica pizza hawaiana o pizza con piña hace llorar a más de un napolitano (la cuna de este plato). Recuérdalo cada vez que la comas y nunca la pidas en un italiano de verdad, porque no te la van a servir. Es así.
Un lambrusco, por favor
Hay vida más allá del lambrusco, de hecho hay muuuucha vida más allá de este vino. En casi todas las regiones de Italia se elaboran vinos y prácticamente todos están absolutamente deliciosos.Cuando hables con un italiano al que le guste el vino, no le preguntes por el lambrusco si no quieres que se enfade. El vino italiano más conocido por nuestros lares, es bastante parecido a un ‘tinto de verano’. Un frizzante para tomar en el aperitivo pero no un vinazo digno de recordar.
Panna cotta ladrillo arrojadizo
La panna cotta es un postre muy famoso de origen italiano con una apariencia muy parecida a nuestro flan, pero con un sabor lácteo mucho más pronunciado. Se elabora con leche o nata fresca y tiene que tener una textura ‘bailona’.¿Qué ocurre cuando se interpreta MAL esta receta tradicional? Pues que para que coja textura y resulte fácil de desmoldar se le añaden tres kilos de gelatina y queda como si fuese una pieza de cemento difícilmente comestible.
Tiramisú sin mascarpone
De los maravillosos tiramisús italianos a lo que te proponen en algunos restaurantes hay un paso y de gigante.Ya no vamos hablar de la calidad del queso mascarpone utilizado (que nos da para un capítulo) pero la moda de meterle nata, para que le aporte textura a la crema, eso es imperdonable.Y si ya nos atrevemos a sustituir el queso mascarpone por queso de untar tipo 'philadelphia', ya estamos hablando de delito doble. Se puede llamar como queramos, pero desde luego, tiramisú, no.
Tomar un capuccino después del postre
No hay ningún italiano que haga esto. A pesar de que el protagonista del famoso anuncio decía algo así “Cuando arrivo a casa Nescafé capuccino”.El capuccino es un café que se toma en el desayuno, ningún italiano lo tomaría después de la comida. En Italia se toma un espresso (un café solo) o un macchiato (un café cortado). Tomar una capuccino por la tarde es una tradición reservada exclusivamente para turistas.