Comiendo despacio consumimos menos calorías ya que damos tiempo a que la comida llegue a nuestro estómago y nos saciemos antes. Por: Macarena Orte
Dientes más fuertes
Comer despacio cuida tu salud dental ya que ejercemos menos presión sobre nuestra dentadura.
Líbrate de los gases
Al comer deprisa introducimos más aire en nuestro organismo lo que nos provoca los molestos gases.
Regula tu nivel de glucosa
Comer despacio regula además el nivel de glucosa en nuestro organismo.
¡Fuera grasas!
Depuramos las grasas y toxinas de nuestro organismo más fácilmente.
Adiós a la pesadez
Ingiriendo los alimentos pausadamente evitarás incómodas indigestiones y pesadez de estómago.
Metabolismo
Acelera el metabolismo haciendo más rápida la digestión y menos pesada.
Regula nuestro peso
Comer despacio también favorece el control de las cantidades que consumimos, porque nos permite estar más atento a lo que ingerimos. Además, al comer más lento podemos experimentar sensación de saciedad con menos cantidad de alimento, lo cual contribuye a controlar el peso corporal.
Un buen hábito para relajarnos
Tendemos a comer deprisa cuando estamos estresados. Disfruta de la comida, tómate tu tiempo en el almuerzo y verás como tu ansiedad desaparece.