Soluciones naturales para la premenopausia
Te contamos cómo hacer frente a los primeros síntomas de la menopausia sin tomar fármacos. ¡Apúntatelos!
Su nombre asusta a muchas, por ello es necesario normalizar y hablar sin tabús de lo que solo es una etapa más en nuestra vida. Descubre, además, cómo llevarla bien sin fármacos.
De qué hablamos
La premenopausia o perimenopausia es la etapa previa a la menopausia, que es cuando dejamos de tener la regla durante un año. Durante esta fase, nuestro cuerpo comienza a producir menos cantidades de hormonas, como los estrógenos y la progesterona, y nos resulta mucho más difícil quedarnos embarazadas.
¿Cuándo se inicia y cuánto dura esta etapa?
“Varía mucho, porque si bien la menopausia normalmente tiene lugar entre los 45 y los 55 años, aunque la mayoría de las mujeres la experimente alrededor de los 51 años, la perimenopausia puede comenzar incluso desde los 35 años de edad y puede durar unos cuantos meses o varios años”, explica la ginecóloga Carmen Menéndez, del Instituto Palacios.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los propios de la menopausia (sofocos, ansiedad, dificultad para descansar, sequedad vaginal...), que comienzan a manifestarse ahora y que, “tratados a tiempo y de forma natural, pueden facilitarnos mucho todo el proceso menopáusico”, dice la experta.
“La bajada de las hormonas sexuales femeninas (estrógenos) se puede compensar con productos naturales. Plantas como la Angelica sinensis (dong quai), el ñame silvestre, el lúpulo, el sauzgatillo o el ginseng siberiano son ricas en fitoestrógenos”, explica Lorenzo Teixé, ingeniero agrónomo y experto en fitoterapia, de Barcelona.
¿Cómo nos benefician?
Él mismo lo aclara: “Los fitoestrógenos son componentes vegetales que se unen a los receptores de los estrógenos y, aunque su actividad es mucho más débil que la de estos, resultan efectivos para minimizar los efectos de la perimenopausia”. Es decir, los fitoestrógenos suplantan o realizan en cierta medida la labor de las hormonas sexuales que perdemos en esta etapa.
¿Plantas con este efecto?
- Salvia: “Es la planta femenina por excelencia y un gran antiséptico. Tonifica el sistema nervioso y el sistema reproductor femenino por su efecto estrogénico se usa para aumentar la fuerza y la vitalidad y paliar los sofocos y sudores nocturnos”.
- Ñame silvestre: conocido también como yam, es una alternativa natural a los estrógenos (reequilibra las hormonas femeninas). Disminuye los cambios de humor, aumenta la energía y el deseo sexual, evita la sequedad vaginal, etc.
“Una de las características de los desórdenes hormonales son los cambios de humor, el estrés o la irritabilidad”, dice el experto.
¿Qué podemos hacer?
“Las infusiones son un buen recurso natural. Las más adecuadas para estas molestias son las de melisa, verbena, valeriana o pasiflora, siempre tomadas en pequeñas dosis y a menudo (tres al día, repartidas en mañana, tarde y noche)”. También se recomienda: Hierba de San Juan: “Es un maravilloso remedio para el sistema nervioso, rebaja la tensión y la ansiedad. Se considera la mejor opción para tratar los problemas emocionales durante esta etapa y en la menopausia”, explica el experto. Eso sí, si estás tomando fármacos tranquilizantes, consulta antes con tu médico.
¿Otras opciones para relajarse?
“Un baño con unas gotas de aceite esencial de lavanda, rosa, geranio o ylang-ylang”.
“Las hormonas, como los estrógenos y la progesterona, modulan en cierta medida las reservas de agua del organismo”, dice el doctor Esteban Jódar, Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Quirón, de Madrid. Como en esta etapa comienzan a decrecer, es normal que nos sintamos más hinchadas, que acumulemos líquido.
Soluciones naturales
“Plantas como el hinojo, la frambuesa, el abedul, la cola de caballo o el diente de león nos pueden ayudar a drenar y eliminar líquidos. Una infusión de esta mezcla antes de las comidas es muy efectiva y, algo muy importante, carece de cualquier tipo de toxicidad”, explica Lorenzo Teixé.
“La menopausia no engorda. Eso es un mito”, dice el ginecólogo Francisco Sánchez Borrego, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. Y agrega: “Incluso se puede producir una discreta pérdida de peso, porque disminuye el volumen de los músculos de los muslos y glúteos, pero -eso sí- se redistribuye la masa adiposa, que se deposita en el cinturón abdominal”. Nos ‘redondeamos’.
¿Podemos evitarlo de forma natural?
Lorenzo Teixé explica: “Lo importante es cambiar de hábitos alimentarios, incorporando alimentos más naturales, ricos en fitoestrógenos y antioxidantes. Por ejemplo: soja, legumbres, alfalfa, frutos secos (tomados con moderación, dada su grasa), verduras de hoja verde, semillas de lino, zumos naturales caseros, frutos rojos...
¿Plantas que ayudan?
La Camellia sinensis (té verde), antioxidante, que debido a sus catequinas (flavonoides) puede tener cierto efecto termogénico (de quema de calorías).
“Las propiedades hormonales de los fitoestrógenos, presentes en las plantas, se atribuyen a un grupo de compuestos llamados isoflavonas, que actúan aliviando los sofocos”, dice Teixé. Plantas como la cimífuga, el espino blanco, la salvia... pueden ayudar a contrarrestarlos. Por ejemplo: “La cimífuga racemosa es un poderoso analgésico, que combate el dolor y las neuralgias; el ginseng es útil cuando el estrés se suma a síntomas como los sofocos súbitos, y además tiene una acción estimulante de la energía sexual, que también puede verse alterada en esta etapa; el dong quai es la mejor planta tónica para las mujeres. Se emplea para tonificar el aparato reproductor y equilibrar las alteraciones hormonales que provocan los sofocos”, detalla Teixé.
“En general estas plantas se toleran muy bien y no presentan contraindicaciones. No obstante, siempre que se esté tomando un tratamiento hormonal o cualquier otro medicamento hay que consultar con el médico y seguir sus recomendaciones. Porque, por ejemplo, algunas plantas, como el hipérico, pueden inhibir la acción de algunos fármacos hormonales como la píldora anticonceptiva”.