El arroz es un alimento básico en muchas culturas alrededor del mundo. En España, es el protagonista de la paella; en Japón, del sushi; en Perú, del arroz chaufa; y en Italia, del risotto. Este grano es uno de los cereales más consumidos globalmente, siendo una fuente de nutrición esencial por su accesibilidad, versatilidad y beneficios para la salud. Eso sí, en muchas culturas optan por lavar el arroz para evitar consumir sustancias que no son buenas para nuestra salud. Pero, la realidad es que, según la ingeniera de alimentos Mariana Zapién, no tiene por qué ser necesario del todo hacer este paso en la cocina por una razón.
Hace unos meses hablábamos de cuál eran las mejores variedades de arroz de marca blanca: los expertos aseguran que "son las que menos arsénico tienen por esta razón". Mariana Zapién, ingeniera de alimentos, ha compartido su opinión sobre lavar o no el arroz, basándose en estudios científicos y su experiencia profesional. Según Zapién, @ingdetusalimentos en Instagram, lavar el arroz es un paso recomendable por varios motivos que exploraremos a continuación.
La razón más extendida para lavar el arroz
Zapién explica que lavar el arroz ayuda a eliminar impurezas como el polvo y el exceso de almidón. Además, menciona la presencia de metales pesados como el arsénico, que pueden encontrarse en el grano debido a factores ambientales y de cultivo. Al lavar el arroz, se reduce significativamente la cantidad de estas sustancias potencialmente dañinas.

El arsénico es un elemento que se encuentra de manera natural en el suelo y el agua, y puede ser absorbido por las plantas durante su crecimiento. Lavar el arroz entre tres y cinco veces "puede disminuir la presencia de arsénico hasta en un 30%, y si se cocina con abundante agua, la reducción puede llegar al 45%", según estudios citados por Zapién.
Sin embargo, la ingeniera de alimentos también tranquiliza a los consumidores al afirmar que la cantidad de arsénico presente en el arroz es generalmente baja y no debería ser motivo de preocupación para la mayoría de las personas.
La textura del arroz y las preferencias personales
Más allá de las razones de salud, lavar el arroz también influye en su textura final. El almidón que se libera al cocinar el arroz es responsable de una textura más pegajosa, lo cual es deseable en algunas recetas, pero no en otras. Por ejemplo, para obtener un arroz más suelto y con los granos bien separados, es esencial lavarlo antes de cocinarlo.

El proceso de lavado debe realizarse con agua limpia, removiendo suavemente los granos para no romperlos y evitar que liberen más almidón. Repetir este proceso varias veces garantiza un arroz más limpio y menos pastoso.
Finalmente, Zapién concluye que la decisión de lavar o no el arroz depende en gran medida del gusto personal. Si prefieres un arroz más suelto, lávalo. Si te gusta más pegajoso, puedes omitir este paso sin mayores consecuencias.
Consejos para lavar el arroz correctamente
Para quienes decidan lavar el arroz, Mariana Zapién ofrece algunos consejos prácticos. Utiliza un colador fino para enjuagar el arroz bajo el grifo, asegurándote de removerlo suavemente con las manos. Cambia el agua varias veces hasta que salga clara, lo que indica que el exceso de almidón ha sido eliminado.
Además, si el objetivo es reducir aún más el contenido de arsénico, considera cocinar el arroz con abundante agua, como si se tratara de pasta, y luego escurrirlo. Este método no solo ayuda a eliminar más arsénico, sino que también mejora la textura del arroz.
Recuerda que no hay una única forma correcta de preparar el arroz, y la clave está en adaptarlo a tus preferencias personales y a las necesidades de cada receta.