El agua con gas es una opción refrescante que muchas personas eligen después de una comida copiosa. Según la especialista en aparato digestivo, Pilar Esteban, esta bebida puede ser beneficiosa para aliviar la sensación de plenitud si se consume en pequeñas cantidades. La ligera distensión que provoca en el estómago ayuda a estimular el reflejo del eructo, facilitando la expulsión de gases y reduciendo la presión abdominal. Esto puede ser especialmente útil para quienes, a pesar de gozar de buena salud, experimentan pesadez tras comer. Pilar Esteban es médica digestiva y divulgadora de comunicación. En su cuenta de Instagram ha explicado el uso que le podemos dar al agua con gas para mejorar la digestión.
Es importante recordar que la moderación es clave. La experta en el aparato digestivo ya asegura que "consumir más de 300 mililitros podría tener el efecto contrario, aumentando la presión interna y causando molestias, especialmente en personas con afecciones como el síndrome del intestino irritable. Por lo tanto, lo ideal es limitarse a un vaso pequeño después de las comidas".
Activación de la digestión en casos de lentitud gástrica

Para quienes sufren de digestiones lentas, el agua con gas puede ser un aliado inesperado. El dióxido de carbono presente en esta bebida estimula la secreción de ácido clorhídrico, esencial para descomponer proteínas y facilitar el trabajo de las enzimas digestivas. Esto es particularmente útil para aquellos con baja producción de ácido gástrico, ayudando a evitar la prolongada sensación de estómago lleno.
Un pequeño vaso de agua con gas antes de las comidas puede ser suficiente para activar el proceso digestivo, mejorando la eficiencia del estómago en personas con digestiones lentas.
Impacto del agua con gas en la motilidad gástrica

Además de sus efectos sobre el ácido gástrico, el agua con gas también puede favorecer la secreción de gastrina, una hormona que mejora la motilidad gástrica y el vaciado del estómago. Esto resulta beneficioso en casos de dispepsia no ulcerosa, donde el problema radica en la lentitud del proceso digestivo más que en la acidez estomacal.
Consumir agua con gas durante una comida copiosa, especialmente si incluye alimentos grasos, puede ayudar a reducir la sensación de pesadez al facilitar el tránsito digestivo.
Consideraciones para estómagos sensibles
Sin embargo, no todo son ventajas. En sistemas digestivos sensibles o que funcionan con lentitud, el gas puede acumularse, causando hinchazón y malestar. Para evitar estos efectos adversos, se recomienda consumir el agua con gas en pequeñas cantidades y a temperatura ambiente, justo al terminar de comer.
El dióxido de carbono se reabsorbe rápidamente en condiciones normales, pero en personas con disbiosis o tránsito intestinal lento, el exceso de gas puede ser problemático. Reducir el volumen y beber despacio son estrategias clave para minimizar la hinchazón.
La importancia de la composición del agua con gas según la doctora
No todas las aguas con gas son iguales. Las aguas con gas natural, ricas en bicarbonato, calcio o magnesio, ofrecen beneficios adicionales al tener un efecto alcalinizante que puede equilibrar el pH estomacal y mejorar la motilidad. En contraste, las aguas carbonatadas artificialmente suelen ser más ácidas y pueden irritar la mucosa gástrica.
Para quienes padecen digestiones difíciles, elegir una marca de agua natural con gas puede marcar una diferencia significativa, proporcionando un alivio digestivo más efectivo.