Revista Mía

Los errores más frecuentes al hacer brownies y cómo evitarlos

Tan importante es elegir ingredientes de calidad como trabajarlos de manera correcta. Te contamos todo lo que tienes que saber para que tus brownies queden de diez.

El brownie es un postre delicioso y no demasiado complejo en cuanto a su elaboración. Sin embargo, es posible que estés pasando por alto ciertos aspectos clave a la hora de prepararlo que te impiden disfrutar al máximo de todo su sabor. No solo es importante elegir ingredientes de calidad, sino saber trabajarlos bien. 

La repostería es todo un arte no exento de reglas. En lo referido a los postres, no vale eso de hacerlos 'a ojo', hay que ser muy precisa y no improvisar si queremos que nuestra receta sea un éxito. Desde usar un chocolate de mala calidad hasta hornear el mismo día que haces la mezcla, te contamos los errores más típicos a la hora de hacer un brownie.

Usar cualquier chocolate

Uno de los errores más frecuentes cuando hacemos un brownie es usar cualquier chocolate. Un buen brownie sabe a chocolate de verdad, por lo que si queremos que nos salga redondo, hemos de elaborarlo con un chocolate con alto porcentaje de cacao (si es superior al 70%, mucho mejor), poco azúcar y sin ningún añadido.

Tan importante es usar el cacao adecuado como saber trabajarlo correctamente. Si vas a usar la versión en polvo, no lo incorpores directamente a la mezcla. La clave está en tamizarlo previamente con un tamizador de repostería (un colador también te sirve) para asegurarnos de que se integrará de manera homogénea con el resto de ingredientes. De lo contrario, es muy posible que forme grumos bastante difíciles de arreglar si caen directamente en la masa.

Otro error en cuanto al uso del chocolate en nuestra receta de brownie tiene que ver con la temperatura. Si vamos a usar un chocolate sólido, a la hora de fundirlo hay que ser muy cuidadosas. Te recomendamos no usar el microondas, pues corre el riesgo de quemarse. En su lugar, derrítelo al baño María (sí, se tarda más, pero el resultado es mejor). Una vez fundido, lo ideal es dejarlo reposar unos minutos hasta que haya perdido prácticamente todo el calor pero mantenga su textura cremosa. Si esta muy caliente, no solo podría afectar a la masa, sino solidificar la mantequilla o medio cocer los huevos. ¡Ten paciencia!

Sabemos que quieres disfrutar de tu brownie cuanto antes, pero lo cierto es que tener paciencia es clave para que nos salga un postre rico. Según los expertos, la mejor manera de exprimir todo el sabor y conseguir una textura más crujiente por fuera es enfriar la mezcla durante 48 horas antes de hornearla. ¡Notarás la diferencia!

¡Que no te pueda el ansia! Una vez fuera del horno, el brownie tiene que enfriarse correctamente. Si tratas de partirlo cuando está caliente, lo más probable es que se te rompa. Te recomendamos meterlo en la nevera envuelto en plástico durante al menos una hora, pues de este modo estará mucho más suave.

Añadir a la receta chips de chocolate, avellanas, fruta fresca u otros 'toppings' puede enriquecer el brownie, pero hasta un cierto punto. Lo verdaderamente importante a la hora de tomar un brownie es que este sepa a chocolate de verdad. Si nos pasamos, corremos el riesgo de enmascarar su sabor y obtener un amasijo absurdo de extras que aportan poco o nada a este pastelito. Recuerda: menos es más.

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