El latte de especias de calabaza, también conocido habitualmente como café de calabaza o incluso con su nombre original (Pumpkin Spice Latte), es una maravillosa bebida que, en algunos establecimientos, podemos disfrutar durante los meses de otoño. Aunque es cierto que también podemos aprender a hacerla en casa, ya que la receta es muy fácil.
Consiste básicamente en una bebida de café y leche, que se combina con los sabores más tradicionales del otoño, no solo calabaza, sino también las diferentes especias que, comúnmente, se utilizan para la preparación del tradicional pastel de calabaza, como la nuez moscada, la canela molida y el jengibre.
Cómo hacer un café de calabaza (Pumpkin Spice Latte)

Ingredientes:
- 500 ml de leche (2 tazas)
- 2 cucharadas de puré de calabaza (o más al gusto)
- 3 cucharadas de azúcar
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- ½ cucharadita de especias (canela molida, nuez moscada, jengibre)
- ½ taza de café fuerte
- Nata montada
Elaboración:
En una cacerola añadimos la leche, el puré de calabaza y el azúcar. Y cocinamos, calentando a fuego medio. Debemos cocinar la bebida hasta que la mezcla esté caliente, pero sin llegar a hervir.
Mientras tanto, podemos aprovechar para elaborar el café como habitualmente hacemos, ya sea con nuestra cafetera italiana, espresso o super automática. Una vez elaborado, lo reservamos.
Cuando la mezcla de leche, puré de calabaza y azúcar se hayan calentado bien (recuerda, sin llegar a hervir), retiramos del fuego y añadimos la vanilla, las especias y el café.
Batimos la nata muy bien, hasta que adquiera la textura deseada. Debe estar lo suficientemente firme como para evitar que se desmorone al entrar en contacto con la bebida caliente.
Una vez hecho esto, dividimos la mezcla de calabaza y café en dos tazas. Cubrimos con la nata batida y espolvoreamos por encima un poco de nuestras especias favoritas. ¡Listo!
Ingredientes:
- 1 calabaza pequeña
- Sal marina fina
Elaboración:
Comenzamos calentando el horno a 200 ºC, y cubrimos una bandeja de horno con papel pergamino.
Enjuagamos la calabaza y la secamos. Cortamos la calabaza desde el tallo hasta la punta. Cuando la hayamos cortado, separamos cada mitad, cortamos un lado desde el tallo hasta el fundo de la calabaza, retiramos el cuchillo con cuidado, giramos la calabaza hacia el lado opuesto y procedemos a hacerlo mismo. Justo cuando haya una hendidura en ambas mitades, bajamos el cuchillo y separamos las mitades, hasta que se separen en el tallo.
Retiramos las semillas y la mayoría de los trozos fibrosos. Sazonamos ligeramente el interior, y luego las colocamos con el lado cortado hacia abajo, en la bandeja para hornear. Horneamos hasta que la calabaza se pueda perforar fácilmente con un cuchillo (tomará entre 45 a 60 minutos).
Retiramos del horno y dejamos que se enfríe hasta poder manipular ambas mitades. Sacamos la pulpa, la colocamos en un procesador de alimentos y procesamos hasta que esté muy suave, de 3 a 5 minutos.
No hay duda. Esta receta es muchísimo mejor con leche entera, aunque también puede hacerse con leche semidesnatada. En caso de que estés a dieta puedes sustituirla por leche desnatada. Y si no consumes lácteos, o sigues una alimentación vegetariana o vegana, también es posible optar por alguna bebida de origen vegetal, como la leche de almendras, coco o soja.
Aún cuando la receta requiere 3 cucharadas de azúcar, recuerda que siempre es un ingrediente opcional, que puedes reducir o incluso eliminar, especialmente cuando no consumes azúcar. También puedes usar un sustituto del azúcar, como la miel, el azúcar moreno en sí o el sirope de ágave, aunque lo ideal es no utilizar ningún tipo de endulzante.
Si no deseas elaborar el puré de calabaza casero, también es posible optar por puré de calabaza enlatado, que puedes encontrar en los supermercados. No obstante, es cierto que el puré de calabaza casero es ideal.
Y si deseas acentuar el sabor de la calabaza, puedes aumentar la cantidad de puré de calabaza, añadiendo entre 1 a 2 cucharadas. Si optas por puré de calabaza ya preparado, puedes cocinarlo en una cacerola a fuego medio, hasta que se reduzca y se haya concentrado todo su sabor.