En esta temporada festiva, el renombrado chef Karlos Arguiñano nos deleita con una receta que promete conquistar los paladares más exigentes: el solomillo relleno de jamón y queso. Pero este no es un solomillo común; Arguiñano ha incorporado un toque maestro al añadir orejones de albaricoque, desatando una explosión de sabores que transformará tu cena navideña en una experiencia única.

La elección de la carne, el solomillo de cerdo, no solo garantiza una exquisitez sin igual, sino que también es amigable para aquellos que están dando sus primeros pasos en el arte de los asados. Su ternura, combinada con la simplicidad de la preparación, hace que esta receta sea accesible para cualquier entusiasta de la cocina.
Para darnos una lección de cómo sellar la carne para los habituales platos de estas navidades, el chef propone esta receta de solomillo de cerdo relleno que nos servirá como ejemplo.
Ingredientes para 4 personas:
- 2 solomillos de cerdo de 400 g
- 6 orejones de albaricoque
- 4 lonchas de jamón cocido
- 125 g de queso de oveja curado
- 8 dientes de ajo
- 75 g de hojas de escarola y rúcula
- Aceite de oliva virgen extra
- Vinagre
- Sal
- Pimienta
- Perejil
Elaboración:
- Comienza picando los orejones en daditos, reservándolos para más adelante. A continuación, corta 12 bastones de queso y extiende 4 lonchas de jamón sobre la tabla. Coloca, a un lado de cada loncha, 3 bastones de queso y algunos dados de orejón. Ahora, el toque de magia: enrolla las lonchas de jamón sobre el queso y los orejones, creando una deliciosa combinación de texturas y sabores.
- Corta los solomillos en dos, ábrelos sin llegar a cortarlos del todo y sazónalos por la parte interior. Coloca una loncha de jamón sobre cada trozo y átalos con hilo de cocina antes de sazonar la parte exterior.
- En una sartén con un toque de aceite de oliva, dora los solomillos por todos los lados. Posteriormente, colócalos en una bandeja apta para horno, añadiendo los dientes de ajo (aplastados y sin pelar). Introduce la bandeja en un horno precalentado a 200-220ºC durante 10 minutos, dejando que los aromas y sabores se fusionen de manera magistral.
- Una vez fuera del horno, libera los solomillos de su atadura y sirve generosamente en cada plato. Acompaña con dos dientes de ajo por ración.
- Como toque final, Aliña las hojas de rúcula y escarola con una mezcla de aceite, vinagre y sal, colocando una porción en cada plato. Adorna cada creación culinaria con hojas frescas de perejil, completando así una experiencia gastronómica que quedará grabada en la memoria de tus invitados. Este año, permite que la cocina de Karlos Arguiñano sea la protagonista de tus festividades, elevando tus celebraciones a un nivel gastronómico sin igual. ¡Buen provecho!