Karlos Arguiñano no solo es un artista de los guisos y platos de toda la vida. Al cocinero vasco nada se le resiste, tampoco las masas ni los platos de culturas ajenas a la española. Prueba de ello es la última delicatessen de Arguiñano que hemos probado, una focaccia de sardinas en aceite para chuparse los dedos.

El chef nos enseña, paso a paso, ingrediente a ingrediente, a realizar esta famosa masa de la cultura gastronómica italiana que acepta todo tipo de combinaciones encima, como su “prima de Zumosol”, la pizza. En su caso, Karlos Arguiñano la combina con unas sardinas en aceite, aceitunas negras secas, tomates secos y albahaca.
El resultado es una focaccia crujiente y de sabor intenso, ideal como plato único en una cena o como entrante o plato de picoteo si tenéis invitados en casa. Sin perder más tiempo, te animamos a meter las manos en la masa.
Focaccia: un pan italiano ideal para cualquier comida

Aunque se trate de un almuerzo o cena sencilla, la masa de la focaccia es clave para que el plato nos salga delicioso. En un bol va a mezclar la harina, la leche, una yema huevo, dos cucharadas de miel, 15 gramos de levadura de panadero fresca desmenuzada y 5 gramos de sal. Cuando hayas removido bien todo, lo dejas reposar a temperatura ambiente durante 30 minutos.
A partir de este momento, amasa la masa con mantequilla a tempratura ambiente y déjala reposar dos horas más. Cuando pase el tiempo, extiéndela en una bandeja de horno y verás cómo la fermentación ha creado alveolos dentro de la masa que es lo que hará que la focaccia sea crujiente y esponjosa.

A la hora de meter en el horno la masa, asegúrate de que esté bien precalentado a 190 grados, mientras vamos a extender sobre la masa unos 100 ml de aceite con hojas de albahaca picadas. Vamos a masajear la masa con este aceite e irá directa al horno.
Para emplatar, tendrás que cortar la focaccia atemperada en un plato y coronar con 4 sardinas por cada porción. Este pan tendrá una vida de dos o tres días tapándola con un trapo para que quede crujiente sin perder la humedad.