Tienen algo los nuggets de pollo que no hay niño que se resista a ellos (¿acaso algún adulto lo hace?). Están muy buenos, se comen rápido y fácil, con las manos incluso, y los pueden mojar en sus salsas favoritas. En definitiva, además ricos, son divertidos de comer. Garantía de éxito en los peques.
La cuestión con esta elaboración es que sea lo más saludable posible para que la podamos incluir más a menudo en el menú semanal de la familia.
Tal cual, el concepto de pollo frito rebozado no es un plato especialmente ‘healthy’, y siempre necesitará de un acompañamiento vegetal para ser una comida o cena nutritiva. Pero hay algún “truco” con el que hacer unos nuggets más saludables que los clásicos. Estas son las claves para ello:
Hacerlos en casa o mirar bien etiquetado
Hacer unos nuggets caseros o que estén elaborados de manera artesanal por el pollero sin aditivos ya es un primer paso decisivo para que sean más saludables. Los industriales, además de los aditivos, suelen tener un porcentaje más bajo de pollo y además no podemos controlar de qué parte del animal estamos hablando. En cambio, hacerlos a partir de una pechuga de pollo (o pavo), ya esté picada o no, comprada en la pollería, es una garantía de que el relleno es el adecuado.
La harina es la segunda clave para hacer unos nuggets de pollo más saludables. Si vas a utilizar de trigo, sustituye la refinada por una integral. Y piensa que tienes alternativas saludables en el mercado como la harina de avena (la puedes hacer en casa triturando copos) y la de garbanzos. Otra alternativa es utilizar copos de cereal, de espelta o de maíz, por ejemplo, pero en este caso este caso es importante que sea un cereal sin aditivos ni edulcorantes.
Una manera de enriquecer la receta de los nuggets de pollo es introducir un ingrediente lácteo en la receta. Para ello, el mejor recurso es macerar en yogur natural el pollo durante unas horas. También puedes conseguir un resultado parecido sumergiendo el pollo en leche. Además, de esta manera, al romperse las fibras del pollo, la carne estará más jugosa, facilitando a los niños pequeños que se coman mejor los nuggets.
Esta alternativa es menos habitual en formato nuggets que en albóndigas, por ejemplo, pero es perfectamente extrapolable a las tiras de pollo. Para hacerlo, debes utilizar carne picada de pollo o ave en vez de la pechuga troceada, y a esta puedes añadir alguna verdura muy triturada. La mejor opción, pero no la única, es el calabacín. Una vez mezclados carne y verdura, dale forma de nuggets, enharina y cocina.
Evitar la fritura es siempre una buena idea si el objetivo es que un plato sea más saludable. Dispón los nuggets en una bandeja de horno sobre papel vegetal, sepáralos bien, y hornea durante 20-25 minutos entre 180 y 200 grados. Tienes que ajustar tiempo y temperatura a las prestaciones de tu horno.
La alternativa al horno que también es más saludable que la freidora convencional para hacer nuggets es la freidora de aire, el electrodoméstico de moda. Ya te contamos que es más bien una especie de horno eléctrico, así que el resultado será parecido, tanto de sabor como de crujiente. Y como decíamos, es más saludable que freír los nuggets de pollo.