Qué es la malanga y cómo puede utilizarse en la cocina

Es un tubérculo muy poco conocido en España que se asemeja en uso y composición a la yuca. 
Malanga

Malanga o taro. Así se conoce el alimento del que te vamos a hablar en las siguientes. Seguramente, salvo que hayas dado con este ingrediente por casualidad, por algún viaje o, simplemente, porque eres un experto cocinillas, se trata de uno de esos productos totalmente desconocidos para ti. Dicen que siempre se aprende algo nuevo, y hoy es la malanga tu descubrimiento.

Este alimento es el tubérculo de una planta que se conoce con el nombre de colocasia esculenta. Su origen está en la Polinesia, bastante lejos de nosotros, de ahí que no sea un producto conocido en España. No es, ni mucho menos, un producto de proximidad. Se cultiva, por ejemplo, en el Caribe, y forma parte de las cocinas regionales de esta parte del mundo y también de algunas cocinas de Centroamérica.

La raíz de taro o malanga es una planta originaria de Papúa Nueva Guinea con un sabor dulce y una textura similar a la patata.

La carne de la malanga es blanca o amarilla y, como ya estarás imaginando por la descripción que estamos haciendo de ella, tiene similitudes con la patata, pero sobre todo con la yuca, también en la forma de prepararla. Es más pequeña que esta última y se diferencia en que la malanga está recubierta por uña raíces con pelos, pero es lo más similar con lo que la puedes comparar, para que te sirva de orientación y referencia.

Su sabor dicen algunos que se asemeja al de la patata pero que recuerda más a frutos secos. En cualquier caso, va en esa línea de los tubérculos que sí conoces a excepción de la batata, puesto que está es mucho más dulce por su alto contenido en azúcar. La malanga, por cierto, apenas contiene azúcar. En su composición, como en todos los tubérculos, predominan los carbohidratos y, en esta caso, también la fibra

Cómo preparar la malanga

La malanga o taro, su otro nombre más popular aunque son muchos más, se prepara de una manera similar a otros tubérculos como la yuca.

Como te decíamos antes, es muy típico este tubérculo en algunas cocinas asiáticas, de donde es originaria la planta de la que crece, y en la cocina antillana y caribeña, donde se cultiva. En el recetario de estas culturas gastronómicas te puedes inspirar para preparar la malanga en casa.

Malanga

La alternativa es tomar las riendas del producto como si fuera una yuca. Para ello, tendrás que pelarla y quitarla todos esos pelos que la recubren, cocerla en agua durante unos minutos (alrededor de 20) porque no se puede tomar crudo —puede resultar tóxico si no se cocina; si se cocina, el oxalato de calcio, que puede irritar la boca y la garganta, desaparece—, y luego preparar con ella una guarnición.

Puedes hacer un puré con ella, aplastarla y combinarla con otros alimentos o servirla como base de algún plato frío, a semejanza de las ensaladas de patata. Además, por supuesto, como otros tubérculos, también puedes hacerla fruta. Es más, una de las formas más típicas de degustar la malanga es en chips fritos y crujientes. La clave en este caso es cortarla muy fina y freír dichas láminas en aceite muy caliente, como haces con las patatas, el boniato, el plátano macho o la yuca.

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