No falta en las cartas y restaurantes de todo el mundo, puedes tomarlo como plato principal o como merienda rápida. Pero, ¿cuáles son las claves para preparar el sándwich mixto perfecto?
El sándwich se ha convertido en los últimos años en uno de los tentempiés más habituales y consumidos de todo el mundo, por su sencilla preparación y porque gusta a todos.
El origen del sándwich se remonta al año 1792, cuando John Montagu, IV conde de Sandwich, estaba inmerso en un juego de mesa con unos amigos y pidió a sus sirvientes un picoteo rápido para mitigar el hambre y para que no se le mancharan las manos mientras seguía con su entretenimiento. “Tráiganos tocino, huevo y mantequilla colocados en capas dentro de un pan egipcio”. El resultado conquistó a sus invitados tanto como conquista nuestros corazones y, su invención, se atribuye a dicho conde.
En la actualidad la receta original ha evolucionado, especialmente los rellenos, que cada vez son más originales y creativos. Eso sí, nunca falta en las cafeterías y en las cartas de establecimientos de todo el mundo.
Por su parte, el sándwich mixto es la combinación más exitosa, básica, popular y, en apariencia, la más sencilla de elaborar; en la que el pan, el jamón de York o cocido, la mantequilla y el queso son los ingredientes principales.
Este emparedado llegó a España en los años 50, después de que los estadounidenses visitaran Cuba en la primera década del siglo XX. Por entonces se conocía como cubano o mixto, siendo este último el que dio el salto y se expandió por el resto del mundo. Desde ese momento ha servido como comida para niños en los colegios, como especialidad principal de restaurantes de todo el mundo, como comida socorrida de oficina o como almuerzo en tardes de playa y piscina durante el verano.
En la mayor parte de zonas de nuestro país se conoce como “mixto”, mientras que en Cataluña la mayoría se refieren a esta combinación como “bikini”, pero en todas ellas la receta, que ronda de media los 2 euros, triunfa.
Un pan crujiente, el queso fundido y un jamón que no tenga excesiva grasa son los trucos básicos para preparar este clásico. No te pierdas nuestra galería, donde te contamos las claves para conseguir el sándwich mixto perfecto.
Usa un buen pan
Usa pan rústico o artesanal y evita a toda costa el pan de molde industrial.
Pon atención al queso
No uses una variedad de queso seco. Para tu emparedado puedes utilizar las variedades: gouda, cheddar, gruyère, mozzarella o emmental.
Un jamón de calidad
El sándwich mixto solo tiene tres ingredientes, por eso es fundamental que todos ellos sean de calidad. Añade a tu preparación un jamón cocido de una charcutería de confianza o un jamón artesano. Con esto evitas el jamón de York que venden envasado, repleto de proteínas e ingredientes que poco tienen que ver con el jamón.
La mantequilla
Para un extra de jugosidad unta un poco de mantequilla en la parte de fuera de las rebanadas de pan (pon mantequilla solo en la parte que vayas a tostar). Es importante sacarla del frigorífico unos minutos antes de usarla para que esté a temperatura ambiente y se pueda untar sin dificultad.
¡Pero sin pasarse!
Eso sí, ¡no te pases con la cantidad! Unta los panes en la parte exterior y siempre una capa fina. La idea es que el pan quede tostado y jugoso, pero no grasiento.
En el orden correcto
A la hora de montar tu sándwich mixto, coloca el pan con la mantequilla hacia abajo, una loncha de queso sobre el pan, el jamón cocido y acaba con otra loncha de queso. Tapa el sándwich con la otra una rebanada de pan, con la mantequilla siempre hacia afuera. Al dejar el embutido entre el queso, la grasa del jamón no llega al pan.
En la plancha...
Prepara el sándwich a fuego lento para que el calor llegue al queso y lo consiga fundir, pero sin que el pan se queme.
Trátalo con cariño
No les des muchas vueltas al emparedado para evitar que se deshaga y pierda forma. Para evitar esto mismo, no abuses de la espátula para aplastar tu preparación.
Sírvelo en dos triángulos
Una vez listo corta el pan en dos triángulos para que el queso del centro se funda.
Atrévete con especias
Si quieres darle un toque diferente, añade alguna especia que combine, como la pimienta negra o blanca.
¿Y si usas aceite de oliva para tu sándwich?
Si quieres sustituir la mantequilla por una una grasa saludable, unta los panes con un pelín de aceite de oliva.
Atrévete con la mayonesa
Otra opción, si buscas un sándwich menos graso pero que siga siendo jugoso, sustituye la mantequilla o el aceite por mayonesa. Este ingrediente dará un toque diferente y muy sabroso a este emparedado.
La plancha, tu aliada
La plancha es la mejor opción para cocinar el sándwich mixto. Huye de los sándwiches elaborados en el horno, ya que suelen quedar muy resecos.
¿Conoces la versión francesa?
Se llama Croque Monsieur y es un sándwich que, además de jamón y queso, incorpora una fina capa de bechamel en el interior. Se termina con un poco de bechamel en la parte superior, se añade queso rallado y ¡se gratina! Totalmente adictivo.