Helado de caramelo salado: receta rápida sencilla
¿Te gusta el caramelo salado? Combinado con elaboraciones de chocolate se trata de una mezcla que se llevan muy bien, especialmente cuando usamos helado de caramelo salado. Conoce cómo hacerlo en casa.
La primera vez que probé el caramelo salado debo decir que me sorprendió muchísimo. Me encanta el caramelo, especialmente el caramelo de textura suave y color marrón claro, sin que llegue a oscurecerse del todo (ya que el sabor amargo con ligero toque a quemado no me hace mucha gracia).
Pero me atreví a probar una versión salada sobre un bizcocho de chocolate. Y me encantó. Desde entonces tiendo a disfrutarlo cuando me encuentro con algún dulce o bizcocho donde el caramelo salado aparece como ingrediente.
Y cuando probé el helado de caramelo salado la sensación fue aún más maravillosa. Combinado con helado de chocolate negro, podía sentir las láminas de sal en el caramelo. Y mezclado con el sabor ligeramente dulce del chocolate me sorprendió muchísimo.
Y es que no hay duda: no hay nada como la combinación del dulce con el salado, especialmente cuando se trata de postres. Y, es cierto, el helado de caramelo salado cumple con todos los requisitos: caramelo dulce, con escamas de sal marina crujiente, y un refrescante helado, de textura cremosa, suave y sedosa. ¿Se puede pedir más?
Aunque en algunas ocasiones, a la hora de elaborar helados, no es necesario disponer de una máquina para hacer helados, en esta ocasión sí nos hace falta, dado que la textura cremosa que necesita este helado se logra a partir del constante batido de la máquina. Pero ¡que no cunda el pánico! Si no dispones de una debes saber que también es posible hacerlo sin máquina, aunque supondrá algo más de trabajo.
Elegante, dulce y salado a la vez, y sencillo de elaborar, este helado de caramelo salado podría convertirse en tu nuevo sabor favorito.
Receta de helado de caramelo salado

Receta de helado de caramelo salado
Ingredientes:
- 2 ¾ tazas de crema espesa
- ½ tazas de azúcar
- ½ taza de agua
- ½ taza de leche entera
- 2 cucharadas de mantequilla (sin sal)
- 1 cucharadita de hojuelas de sal marina (más para decorar)
- ½ cucharadita de extracto de vainilla
Elaboración:
Comenzamos preparando todos los ingredientes, lo que nos ayudará a no perder tiempo buscándolos y midiendo cantidades en mitad de la receta.
Ahora, empezamos calentando 1 taza de la crema espesa en una cacerola mediana al fuego. Debemos revolver con frecuencia, hasta que empiecen a aparecer las primeras burbujas, pero sin llegar a hervir. Retiramos del fuego, y la tapamos con la finalidad de mantener el calor.
En otra cacerola con un fondo más grueso combinamos el agua con el azúcar. Calentamos a fuego medio-alto, y cocinamos sin remover, hasta que el azúcar adquiera un color ámbar intenso. Cuando adquiera esta tonalidad, retiramos el caramelo del fuego y vertemos en esta cacerola ⅓ de la crema tibia. Después de ponernos un guante de cocina (para evitar quemaduras), y con sumo cuidado, batimos para combinar y agregar con cuidado el resto de la crema tibia. Es muy probable que el caramelo burbujee y libere vapor caliente.
Añadimos la mantequilla al caramelo cremoso y batimos muy bien hasta que se haya derretido y combinado. Agregamos las hojuelas de sal marina y dejamos que la mezcla se enfríe a temperatura ambiente. Vertemos la mitad del caramelo en un recipiente hermético, y lo reservamos.
En un cuenco grande, combinamos el caramelo enfriado restante que ha quedado en la cacerola, el resto de la crema espesa, la leche entera y el extracto de vainilla. Cubrimos e introducimos en la nevera durante una hora. Este paso es importante, ya que la base de nuestro helado debe enfriarse completamente antes de batir.
Cuando sea el momento de hacer nuestro helado, batimos en función de las instrucciones del fabricante de la máquina de helado. Por lo general, una máquina de helado suele tardar entre 30 a 40 minutos en batir adecuadamente una preparación de helado. Una vez se haya batido, vertemos la mitad en un recipiente apto para congelador, y rociamos por encima la mitad del caramelo que hemos reservado anteriormente.
Seguidamente, vertemos el helado restante encima, rociamos con el caramelo restante y, con la ayuda de un cuchillo, hacemos un movimiento giratorio con el que mezclar ligeramente el helado y el caramelo. Cubrimos, introducimos en el congelador, y lo congelamos durante toda la noche (o, al menos, durante 10 horas).
Antes de servir, se aconseja acompañar con una pizca de hojuelas de sal marina por encima. ¡Delicioso!