El pan de jengibre es un maravilloso postre horneado, muy especiado y aromático, que contiene jengibre como uno de sus ingredientes más característicos, además de otras especias, como canela, clavo, nuez moscada, cardamomo y dulces con cualquier combinación de melaza, azúcar moreno, miel o jarabe de maíz.
Aunque puede adoptar la forma de galletas crujientes y delgadas, lo cierto es que también puede servirse como un pastel oscuro y especiado. Incluso es posible encontrarlo con un delicado glaseado de limón, que se combina a la perfección con el sabor del jengibre.
Sin embargo, para quienes siguen un estilo de vida vegano, o prefieren evitar los ingredientes de origen animal, es cierto que el pan de jengibre tradicional puede no ser muy adecuado, ya que se elabora con huevos. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿hay alguna manera de sustituirlos por opciones vegetales? Sí. No te pierdas nuestra receta de pan de jengibre vegano.
Receta de pan de jengibre vegano

Ingredientes:
- 300 g de harina
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 250 ml de leche de avena
- 150 ml de aceite de girasol
- 200 g de jarabe de maíz
- 200 g de melaza negra
- 125 g de azúcar moreno
- 80 g de ciruelas pasas sin hueso, picadas
- 35 g de jengibre fresco, finamente rallado
- 3 cucharaditas de canela molida
- 2 cucharaditas de jengibre molido
- ⅛ cucharadita de clavo molido
- ¼ cucharadita de pimienta negra molida
- 2 cucharadas de agua tibia
- 2 cucharaditas de vinagre de manzana
Elaboración:
Comenzamos precalentando el horno a 170 ºC. Forramos un molde cuadrado de 23 centímetros con papel de horno de tal forma que cubre tanto la base como los lados del molde.
En una cacerola ancha y gruesa, añadimos el aceite de girasol, el jarabe de maíz y la melaza. Añadimos también el azúcar moreno, las ciruelas pasas, el jengibre rallado, las especias y la sal. Calentamos a fuego lento, mezclando hasta combinar todos los ingredientes, pero sin batir mucho (para evitar que entre mucho aire en la mezcla). Una vez todo derretido, retiramos la cacerola del fuego. Luego, añadimos la leche de avena, batiendo con suavidad.
Añadimos la harina en 3 o 4 tandas, mezclando ligeramente hasta eliminar todos los grumos.
En una taza grande disolvemos el bicarbonato de sodio en el agua tibia. Seguidamente, añadimos el vinagre de manzana y mezclamos en la cacerola.
Vertemos con cuidado la masa de pan de jengibre en el molde que hemos forrado previamente, y horneamos entre 50 a 55 minutos. Hasta que se haya dorado y al introducir una brocheta de madera en el centro salga limpio.
Finalmente, retiramos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.
¿Conoces el origen del pan de jengibre?
Podríamos hablar de un plato parecido al pan de jengibre, el cual se remonta a los antiguos griegos y egipcios, quienes solían utilizarlo con fines puramente rituales.
No obstante, fue en el siglo XI cuando el pan de jengibre apareció oficialmente en Europa, especialmente después de que los cruzados trajeron el jengibre de Oriente Medio, para que los cocineros de los pueblos más ricos experimentaran con ella.
Así, a medida que tanto el jengibre como otras especias se volvieron más accesibles, apareció un postre que consistía en almendras molidas, pan duro, escaramujos, azúcar y, por supuesto, jengibre.
La pasta aromática era prensada en moldes de madera, convirtiéndose en auténticas obras de arte talladas por los mejores artesanos, usadas como una forma de contar las noticias del día a modo de historias ilustradas. Posteriormente, para quienes podían permitírselo, la galleta final era decorada con color dorado comestible, o con una cereza blanca, con la que se resaltaban los detalles en relieve.
Poco después, en el siglo XVI, los ingleses decidieron sustituir el pan por harina, y añadieron huevos y edulcorantes, lo que dio como resultado un producto mucho más ligero. De hecho, el primer hombre de pan de jengibre se le atribuye a la reina Isabel I, quien lo regaló a sus invitados.