¡Feliz lunes post Semana Santa a todos! Hoy en mi comunidad autónoma sigue siendo fiesta, así que hasta mañana no vuelven las cosas a su cauce normal. Por lo general, me suelo coger la semana de Pascua de vacaciones, pero este año por la casuística familiar hemos tenido que volver a Bilbao, ¡qué rápido pasa lo bueno!
Así que para endulzar un poco la vuelta a casa, y siguiendo con la temática de Semana Santa (en mi anterior post elaboré un potaje de vigilia), vamos a continuar con recetas características de esta época del año, pero ahora vamos allá con una receta dulce (sabéis que me pierde la repostería). Ya muchos os estaréis imaginando la receta que os traigo hoy. Es una receta muy típica de dos épocas del año: Carnavales y Semana Santa. En mi tierra en Carnavales se conocen como “Tostadas de Carnaval”, pero son lo mismo que las clásicas Torrijas de Semana Santa.
Es un dulce que he aprendido a valorar y a disfrutar con el paso de los años. De pequeña, no sé bien por qué, no me terminaba de enamorar, pero con el tiempo se ha convertido en uno de mis postres favoritos. Su origen data en la Edad Media, allá por el siglo XV, pero inicialmente se utilizaban para favorecer la recuperación postparto, pero con el paso del tiempo, debido a su gran aporte calórico, se empezó a comer en Cuaresma para compensar el ayuno y abstinencia característicos de estos días que os conté en el anterior post.
En su origen, se elaboraban con pan del día anterior duro (receta de aprovechamiento) pero poco a poco, con el paso de los años, ha ido mutando y mejorando hasta tal punto que en la actualidad no hay un supermercado que se precie que no tenga “pan específico para torrijas”. Generalmente y con el pan que mejor resultado queda, es con el pan brioche, pero si no disponéis del mismo o no queréis gastaros un dinero extra, podéis hacerlo con pan duro de días anteriores porque os aseguro que quedan casi tanto o más deliciosas.
Nota: si disponemos de soplete en casa podemos aplicarlo sobre la capa superficial previamente untada en azúcar y canela, para que caramelice y forme una costra en la superficie de la tostada que la hará imbatible.
A día de hoy, no hay restaurante que no incluya este plato en su carta de postres, o pastelería que no muestre una buena bandeja en su escaparate, y cada vez son más los adeptos que se suman al torrija-lovers, yo entre ellos.
¿Y vosotros? ¿Sois también adictos a las torrijas?
Ficha
Tiempo de preparación min
Tiempo de preparación 30min
Tiempo de cocción 30min
Porciones 4
Tipo de receta (n/a)
Ingredientes
- 1 buen brioche (es el ingrediente principal, necesitamos un buen brioche de leche meloso y esponjoso)
- 1 litro de leche entera
- 1 rama de canela
- 2 ralladuras de naranja
- Azúcar
- Canela en polvo
- 2 huevos (de caserío a ser posible)
- Aceite de Oliva Virgen Extra
Preparación
Lo primero que vamos a hacer va a ser infusionar la leche
Para infusionar la leche, vertemos el litro en un cazo, añadimos la canela en rama y la ralladura de naranja, y lo ponemos a calentar a fuego medio
Cuando vemos que la leche va cogiendo temperatura (sin llegar a hervir) y sin dejar de remover, retiramos del fuego y dejamos que enfríe
Es muy importante dejar que la leche infusionada enfríe, ya que si la echamos caliente a las tostadas, provocará que éstas se deshagan y quede una argamasa que dificílmente podremos luego freír
De mientras, mientras dejamos el cazo enfriando con la leche, vamos a cortar nuestro brioche
A mí me gusta cortar rebanadas bastante gruesitas, como de centímetro y medio de grosor
Las extendemos sobre una bandeja con un poco de profundidad (una bandeja de horno sería idónea para ello) y cuando tengamos la leche a temperatura ambiente, la colamos y la vertemos sobre las rebanadas que tenemos extendidas en la bandeja
Es muy importante que empapen bien con la leche infusionada, ya que será lo que le aporte sabor y melosidad
Dejamos que las tostadas se impregnen bien, y después las escurrimos un poco y las pasamos por un cuenco donde habremos batido los dos huevos y habremos incorporado también un chorrito de la leche infusionada
Una vez tengamos empapadas las tostadas rebozadas con el huevo, las freímos en una sartén con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra previamente calentado y a fuego fuerte
Freímos 2 minutos por cada lado (o hasta que se doren, hay que ir viendo y controlando)
Cuando las tostadas hayan templado un poco, las untamos en azúcar y canela en polvo que previamente habremos echado en un recipiente hondo