Es recomendable limitar la ingesta de determinadas especies que cuentan con un alto contenido en este metal, como el pez espada, el atún rojo o el lucio. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), los pescados, en mayor o menor medida, tienen cierta cantidad de mercurio. Especies como el pez espada o emperador, el atún rojo, los pescados de la familia del tiburón (cazón, mielga, tintorera y pintarroja) y el lucio son los que poseen mayores concentraciones. En lo que respecta a cefalópodos y mariscos, aunque la AESAN los clasifica como especies con contenido bajo en mercurio, en su comunicado, detalla los cangrejos, chipirones, almejas y chirlas, sepias, cigalas, coquinas, gambas, langostas, langostinos, mejillones, navajas, pota, pulpo y quisquillas como especies que también tienen presencia de este contaminante.
Como nos explica Luis A. Zamora, consultor en Comunicación de Salud y autor del libro Comer bien es fácil si sabes cómo, cuantos más años y más tamaño tenga el pez, más mercurio acumula. Fundamentalmente, aquellos peces que son depredadores y se alimentan de peces más pequeños, como el pez espada o el atún rojo, ya que, a la contaminación ambiental que afecta a todos los pescados, se suma la contaminación de los pescados que consumen, que lo han ido adquiriendo al alimentarse a base de plancton marino.
Que el pescado sea fresco, congelado o en lata no influye en la cantidad de mercurio, así como si el líquido de la conserva es aceite, escabeche o es al natural. Pero sí influye el tipo de pescado. Normalmente, para la fabricación de conservas de atún se utilizan ejemplares más pequeños, por lo que suelen tener menores concentraciones de mercurio.
Es importante recalcar que comer pescado en España es seguro y saludable, sea cual sea el que consumamos. Nuestro país se rige por la legislación europea, la cual establece límites máximos de mercurio en los pescados que son de obligado cumplimiento y que son controlados por las autoridades sanitarias.
Este control se realiza fundamentalmente porque un consumo continuado y acumulativo de mercurio puede afectar al sistema nervioso central, sobre todo, en aquellos que están en desarrollo. Es decir, se debe tener especial cuidado en niños y mujeres embarazadas, ya que son la población más vulnerable al mercurio, pudiendo aparecer este contaminante en la leche materna o atravesar la placenta. Para esta población en concreto, la AESAN recomienda directrices de consumo más estrictas para las 4 especies identificadas como susceptibles de tener un alto contenido en mercurio: pez espada o emperador, atún rojo, tiburón y lucio. Se recomienda evitar su consumo en mujeres embarazadas o que planeen estarlo, así como en niños menores de 10 años, y limitar a 120 gramos al mes de estos pescados para niños entre 10 y 14 años.
Para el resto de población, la AESAN recomienda un consumo de hasta 3-4 raciones de pescado por semana, procurando, en todos los casos, variar las especies entre pescados blancos y azules.
El pez espada, el lucio, el atún rojo y los pescados de la familia del tiburón (cazón, mielga, tintorrera y pintarroja) son los que mayores concentraciones de mercurio tienen, según la AESAN.
Según un informe de la OCU, el nivel medio de mercurio es menor en los productos de acuicultura que en los de pesca. Esto no quiere decir que a los pescados salvajes no se someta también a controles sanitarios exhaustivos.