A la hora de guardar hortalizas en casa es importantísimo hacerlo correctamente. Mira que en esos botes “cuquis” que venden a juego para almacenar patatas, ajos y cebollas pone bien claro qué alimento va en cada uno: es decir, nada de mezclar. Sin embargo, el ser humano es como es, para lo bueno y para lo malo, y es bastante habitual encontrar en el mismo recipiente patatas y cebollas juntos. ¿El resultado? Que se estropean.
Nunca guardes estos dos productos juntos porque hacen muy mala pareja en crudo. Es curioso que sea todo lo contrario una vez se cocinan, porque ambos ingredientes forman parte de platos geniales como la tortilla de patata (abstenerse de comentarios sincebollistas) o las patatas con sepia, por ejemplo. Pero en crudo, si las conservas en el mismo bote o recipiente, las echarás a perder.
Po regla general, las patatas conviene almacenarlas separadas del resto de alimentos en general, por su producción de etileno. Es mejor guardarlas en lugar fresco, seco y oscuro.
¿Por qué sucede esto?
El motivo es el etileno, un gas que se desprende de forma natural al madurar las frutas y las verduras. Esta es la sustancia que hace, entre otras cosas, que cambien de color a medida que van madurando, y también tiene que ver su acción en que la textura cambie, siendo más blanda según pasan los días sin abrir.
Es, por lo tanto, una sustancia imprescindible para que disfrutemos de los productos vegetales en su punto de madurez óptimo. El problema es que se puede multiplicar su efecto si almacenamos muchos alimentos juntos que produzcan etileno en grandes proporciones de manera natural. La patata es, precisamente, uno de los alimentos que más etileno emite, sobre todo cuando la piel se cuartea y arruga, síntomas de que está madurando. En el momento en que se mezcla con la cebolla, el efecto del etileno se acelera muchísimo y el resultado es que se estropean antes de que las consumamos porque no imaginamos que puedan madurar tan rápido. Además, cuando se juntan y se estropean, siempre lo hacen “a lo grande”, generando moho y malísimos olores, ya que se pudren. Y ya sabes que no sirve eso de eliminar los restos que estén en mal estado porque en los vegetales, salvo excepciones, los hongos pueden haber penetrado en toda su superficie aunque no lo parezca a simple vista, así que lo recomendable es descartar todas aquellas unidades mínimamente afectadas.
La única buena noticia de que te pase esto alguna vez es que normalmente no tropezarás dos veces en la misma piedra porque aprenderás de la experiencia. Curiosamente esta es de esas cosas que se le quedan grabadas a uno en la cabeza para siempre: cebollas y patatas nunca se deben almacenar juntas.
Hay quien recomienda almacenarlas en la nevera pero nuestra recomendación, dado que ambos alimentos aguantan bastantes días y se suelen consumir muy rápido, es que los compres en cantidades moderadas y las almacenes en recipientes independientes, sin mezclarlos con otros ingredientes, a una temperatura ambiente fresca. Las cebollas, cómpralas al ritmo de consumo y las patatas, si las compras en bolsas grandes, es mejor que las aproveches cuanto antes.