Aunque en muchas ocasiones es sencillo tener clara la diferencia entre la fecha de caducidad de un determinado alimento, y la fecha de consumo preferente, es normal que, en algunos momentos, podamos tener dudas, especialmente cuando el producto alimenticio en cuestión ya se ha pasado de fecha.
Entre productos a consumir preferentemente antes de dicha fecha, o productos alimenticios con una fecha de caducidad real, es normal que surjan muchísimas dudas al respecto. Y que, al final, acabemos por tirar a la basura productos que, aún cuando se haya pasado la fecha de consumo, todavía son seguros de tomar o comer.
Por tanto, en primer lugar es siempre interesante descubrir cuáles son las diferencias principales entre ambas fechas.
La fecha de caducidad, también denominada habitualmente como ‘fecha de vencimiento’ es la que el fabricante, por ley, debe fijar para indicar al cliente que consumirlo durante ese período es seguro (siempre que se mantenga en las condiciones de conservación recomendadas). Esto significa que, a partir de esa fecha, desde un punto de vista sanitario, dicho alimento no es adecuado o apto para su consumo.
No ocurre lo mismo, sin embargo, con la fecha de consumo preferente, dado que se trata de una fecha especificada por el fabricante durante la cual, el consumidor, se asegura que el alimento mantendrá todas sus cualidades, siempre y cuando se haya conservado bien y no haya sido abierto.
Pero, ¿sabías que existen algunos alimentos que pueden ser consumidos aunque se hayan pasado de fecha?
Miel
Siempre que se mantenga en un envase cerrado, y en un lugar fresco y seco, es posible conservarla durante bastantes meses. Es más, es absolutamente normal que tanto el color como la textura de la miel cambien durante este tiempo, pero se trata de un cambio totalmente seguro.
Por ejemplo, es muy posible que la miel llegue incluso a cristalizarse. Para devolverle la textura original, bastará con colocar el frasco abierto en agua caliente y removerlo ligeramente con la ayuda de una cuchara de madera.

Cualquier variedad de arroz (lo que incluye arroz blanco, salvaje, arborio, basmati y jazmín) tienen una vida útil casi infinita, aunque no ocurre lo mismo con el arroz integral, ya que al contener una mayor cantidad de aceite, puede ser almacenado durante un período de tiempo más corto.
No obstante, tanto el arroz integral como cualquier otra variedad siguen siendo completamente seguros cuando los consumimos durante al menos 2 años después de la fecha de vencimiento. Siempre y cuando, eso sí, lo mantengamos en un lugar fresco y seco. Y, una vez abierto, conservado en un recipiente hermético.
Dado que las bacterias no pueden crecer en ese ambiente, el azúcar blanco o moreno nunca caducan. Eso sí, posiblemente una de las partes más difíciles sea evitar que se endurezca. En cualquier caso, siempre debemos conservarlo en un lugar fresco y seco.
Para evitar que se endurezca como una piedra una opción muy útil es almacenarlo igualmente en un recipiente hermético, lo que evitará que le entre humedad. Pero no pasará nada por consumirlo una vez se haya pasado de fecha.
Con el azúcar ocurre lo mismo que con la sal, ya que no caduca, aunque es normal que podamos tener la tentación de tirarla a la basura cuando se ha aglomerado o solidificado, algo que ocurre habitualmente debido a la humedad.
Para conservarla, es necesario mantenerla en un lugar fresco y seco. Y añadir unos cuantos granos de arroz en el frasco ayudará a eliminar la humedad perfectamente.
Fue en el año 2013 cuando el entonces ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, afirmó que se comía yogures caducados y no le sentaba mal, con la intención de concienciar a la población de evitar el desperdicio en la cadena alimentaria.
Aunque los expertos no coinciden entre sí, muchos indican que es totalmente seguro consumir un yogur vencido hasta 3 meses después de pasada la fecha. Pero es esencial revisar su textura, apariencia y olor antes de consumirlo. En caso de que huela muy ácido, o sepa mal, lo ideal es evitarlo.

Las especias pueden ser consumidas de forma segura durante bastantes años, aunque es común que su sabor se resienta poco a poco a medida que van pasando los años.
Nuevamente, el modo de conservación es fundamental, siendo imprescindible tratar de conservarlas siempre en un recipiente hermético bien cerrado.
Si acabas de descubrir una tableta de chocolate caducada en el fondo de la despensa es normal que te preguntes si puedes consumirlo o no.
Pero lo cierto es que es posible consumirla incluso 2 años después de la fecha límite. Aunque, como ocurre con el resto de alimentos, es de vital importancia revisarlo bien para asegurarnos que se encuentre en buen estado.
Si has encontrado un paquete viejo de pasta olvidado en un armario es normal que también te preguntes si puedes o no cocinarlo (y, por tanto, consumirlo). A no ser, claro está, que se trate de pasta fresca, puede ser consumida con seguridad incluso aunque se haya pasado de fecha.