No todas las proteínas son amigas de tu hígado. Tampoco las grasas. En concreto las saturadas interfieren en el correcto funcionamiento del hígado. Descubre las protectoras y el aporte proteíco que alivia la saturación de esta víscera. ¡Inclúyelas en tu menú!
Proteínas animales
Carnes blancas
Da prioridad al pollo, pavo y conejo (son fuentes de vitamina B12). “Recuperan hepatocitos deteriorados y ayudan si se sufre insuficiencia hepática”, explica la doctora Pilar Urraza, experta en nutrición de Hedonai.
Para sacarles más beneficios: usa cocciones sin grasas.
Pescado azul
Es rico en ácidos grasos, que alivian la sobrecarga e inhiben la inflamación (hígado graso).
Para sacarles más beneficios: prepáralos al horno o asados.
Lácteos
El requesón contiene lactoglobulina y lactoalbúmina, que favorecen la función hepática.
Para sacarle más beneficio: tómalo como postre con unas gotas de miel.
Legumbres secas
Presentan fibra, que estimula el hígado, que reacciona reduciendo el colesterol malo.
Para sacarles más beneficios: consúmelas en puré (se digieren mejor).
Legumbres frescas
“Los guisantes y las habas pueden consumirse frescos. Contienen hormonas vegetales, minerales y vitamina E que alivian la saturación de esta víscera”.
Para sacarles más beneficios: no las cuezas en exceso.
Frutos secos
Aseguran un correcto aporte de vitamina B6, que favorece el funcionamiento de las enzimas hepáticas.
Para sacarles más beneficio: combínalos con cereales.
Ácidos grasos esenciales
Están presentes en las nueces, el pescado azul y el aguacate. “Estos lípidos poliinsaturados son agentes protectores del hígado (evitan su saturación e inflamación)”.
Para sacarles más beneficio: en el caso del aguacate y las nueces, inclúyelos en el desayuno. Tienen efectos colagogos (contribuyen a vaciar la vesícula biliar).
Aceite de oliva extra virgen
En crudo y tomado con moderación (30 ml al día) es terapéutico para el hígado. “Aporta una base de lípidos que neutraliza toxinas dañinas, disminuyendo la sobrecarga hepática”. Para sacarle más beneficio: antes de irte a dormir, toma 2 cucharas de aceite mezcladas con zumo de limón. “Durante la noche este ‘cóctel’ equilibra el hígado y la vesícula”.
Aceites de sésamo, lino o nuez
“Contienen grasas insaturadas que estimulan la formación hepática de colesterol bueno”.
Para sacarles más beneficio: toma una cucharada rasa en ayunas (ayuda a regular los índices de colesterol).

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