El tomate seco es uno de esos ingredientes que nunca puede faltar en una despensa. Son una solución de emergencia ideal porque se adaptan a múltiples recetas y encima aguantan mucho tiempo tanto conservados en aceite como deshidratados.
Estos últimos aguantan menos pero permiten que puedas aprovechar también el agua en el que los hidrates para hacer, por ejemplo, una pasta con tomates secos y brevas (o higos), idea original de Paola Freire Gómez-Chao, @Foodtropia en las redes, que está buenísima. Además, al hidratarlos tú casa en casa, puedes elegir con qué hierbas aromáticas conservarlos. Pero si te da pereza o quieres ahorrar tiempo, opta por comprarlos ya en aceite y solo tendrás que abrir y servir.
Si no los compras porque te suelen sobrar cuando abres un bote o paquete y te da rabia que se pongan malos, deberías saber que con ellos puedes hacer maravillas en tiempo récord en la cocina de casa.
Un ejemplo es la citada pasta, que puedes preparar a lo largo de todo el verano, temporada de higos y brevas. También, como propone Rocío Rivera, de @kidsandchic, utilizarlos en ensaladas con base de pasta, legumbres y verduras de hoja verde. Nosotros añadimos otra opción muy fácil en este sentido: combinar tres tipos de tomates —secos, cherry y de ensalada— en un bol con un aliño del propio aceite especiado de los tomates secos. Es una forma rica y enriquecida de comer el típico tomate aliñado.
Otras ideas
El tomate seco también sirve para hacer patés. Lo puedes hacer vegetales, con el tomate como ingrediente principal o como compañero de unas aceitunas verdes, o de pescado. El de salmón con tomate seco tienes que probarlo.
Rocío Rivera también se los añade a bocadillos como el de pastrami, y tú puedes hacer lo propio en tus bocadillos vegetales o con una base de pollo y hoja verde, por ejemplo. Nosotros te recomendamos especialmente probarlo también para hacer un pesto rosso casero exprés con avellanas, ajo y parmesano. Te servirá para comer con pasta y para dipear.
Además, este comodín de la cocina casera es perfecto para añadirlo sobre una base plana de pan. Puede ser una pizza, con la combinación que se te ocurra y te guste, en focaccia o en tostas, siempre acompañado de verdura de hoja verde para refrescar y contratar. El fruto seco, crujiente, también le va fenomenal al tomate seco, cuya textura es opuesta al crujiente de estos.
Un concepto similar pero integrando en la masa el tomate seco, son los panecillos crujientes o crackers de tomate seco. Si los haces con harina de almendras, como está receta, serán más saludables y nutritivos. Y si eres más de panes gruesos y no tan crujientes, esta alternativa, un pan de maíz y tomate seco en sartén, es probable que te guste todavía más.
Por último, también puedes utilizar el tomate seco para aderezar y aromatizar guisos al igual que usas el tomate tradicional, ya sea entero, triturado o concentrado. Una alternativa es mezclar ambos en la misma receta, y en los arroces de verduras, si os gusta el sabor del tomate seco, podéis servir con unos poquitos por encima. Darán color, textura y nuevos matices de sabor.