No hemos dejado de ver cómo la freidora de aire es utilizada en cientos y cientos de recetas en las redes sociales. El “airfryer” es muy versátil, y se utiliza mucho para versionar platos tradicionales muy calóricos en unos más “healthy”, porque permiten freír sin aceite.
Pero, ¿realmente merece la pena comprar la freidora de aire caliente para versionar los platos tradicionales en unos más saludables?
Creo que todos sabemos que, si queremos llevar una alimentación equilibrada, variada y saludable, no es recomendable hacer un consumo excesivo de frituras, empanados, rebozados... ya que todos estos alimentos contienen un gran aporte de grasa, y por ende, de energía. Por eso, tratamos de evitar su consumo.

Pero consideramos que es más aceptable si comemos estas frituras, empanados, etc en una versión más saludable y sin estar empapadas de aceite. Y esto nos lleva a pensar que tenemos barra libre para consumir estos alimentos.
Y esta la razón por la cual la freidora de aire ha hecho un boom: porque este electrodoméstico genera un flujo de aire de alta temperatura sin la necesidad de utilizar grandes cantidades de aceite y da como resultado alimentos muy crujientes con el interior húmedo y sabroso.
Para que os hagáis una idea, hacer unas patatas fritas en una freidora tradicional, nos aportarían alrededor de 350 kilocalorías por cada 100 gramos. En el “airfryer”, sin embargo, nos aportaría aproximadamente unas 90 kilocalorías.
Entonces, la freidora de aire es una maravilla. Nos permite hacer recetas más sanas, ¿no? Pues depende.
La cuestión está en que se sigue simplificando y reduciendo mucho la alimentación a una sola cosa: las calorías, en vez de concentrarnos más en la calidad de estos.
Tenemos que tener claro que los alimentos altos en calorías como el aceite de oliva virgen extra, no son los malos de la película y que el consumo de estas grasas saludables cumple un papel fundamental en la dieta.
Está claro que no es lo mismo hablar de una croqueta frita en aceite de oliva que en una ensalada aliñada con aceite de oliva en crudo. Ya que la segunda opción es mucho más saludable. Pero lo que queremos resaltar es que el uso de este tipo de electrodomésticos, eleva la fiebre de querer consumir todo “sin aceite” o con el menor aceite posible, como si el aceite fuese el problema.
El uso de la freidora de aire incrementa el consumo y frecuencia de productos no tan sanos como las patatas “fritas”, los sanjacobos, las croquetas, bacon crujiente... con la excusa de que no las estamos friendo en aceite. Por lo que, en realidad, es un electrodoméstico que se utiliza para hacer “falsos platos saludables”.
El uso de la freidora de aire incrementa el consumo y frecuencia de productos no tan sanos
Además, no ayuda a mejorar nuestra relación con la comida, porque normalmente, utilizamos el “airfyer” para cocinar alimentos con menos calorías y así, sentirnos menos culpables. Por lo que... ¿cuánto de saludable es tener este pensamiento? Lo mismo pasa con los productos que vemos en el supermercado bajo la denominación zero, light, sin calorías...

En definitiva, la freidora de aire es un electrodoméstico muy útil si lo utilizamos de manera consciente y sin excesos, ya que podemos conseguir preparaciones más saludables y sabrosas. Asimismo, no solo se puede utilizar para versionar las comidas muy calóricas en más healthy, sino que también la podemos utilizar para hacer manzana asada, chips de verdura, garbanzos especiados y crujientes...
Si la compramos, deberíamos tener en consideración los aspectos comentados, ya que si la utilizamos únicamente para consumir los alimentos ultraprocesados de manera más “healthy” y así tener la excusa perfecta para aumentar su consumo, la compra de la freidora de aire podría no sería tan interesante.