“No se aprende sabiendo, sino haciendo”, dicen las abuelas cuando les preguntamos cómo les puede salir alguna receta tan rica. Sirve para todo en la vida esta frase, como también su “precuela”, que sería algo así como: “Por algo hay que empezar”. Y este por algo, para los novatos en la cocina, puede ser un paso tan sencillo como el de pelar un aguacate sin estropearlo al manipularlo.
Como ocurre con el mango, del que ya te contamos aquí cómo pelarlo sin tocarlo de más, el aguacate maduro es muy delicado y sensible a la manipulación. Si quieres que te quede perfecto una vez limpio, ya sea en dados o en finas láminas, debes leer atentamente los siguientes consejos.
Son universales, pero dado que los ha rescatado y explicado paso a paso el chef e influencer de cocina Roberto Bosquet, adjuntamos la publicación en la que muestra cómo hacerlo con un vídeo rápido.
Como verás, los dos métodos son muy sencillos y rápidos pero si no se conocen, lo más probable es que el aguacate acabe aplastado como el de un guacamole. Y recuerda, además, que es fundamental que el punto de madurez de la fruta sea la ideal. Para saberlo, basta con observar su color y apretarlo ligeramente y comprobar que se hunde un poquito. Si lo hace es señal de que puedes abrirlo. Hazte con un cuchillo —o un utensilio de cocina específico para pelar aguacates, que también los hay— y una tabla y vamos a ello.
En dados
En dados, lo cual es ideal para ensaladas o para un tartar o poke, por ejemplo, tienes que rodearlo con un cuchillo, como si lo fueras a abrir por la mitad. Con piel incluida.
A continuación, lo divides a mano en dos y clavas con un golpe seco el filo del cuchillo en el “hueso”, que saldrá con un pequeño giro. El tercer paso consiste en trazar dados con el cuchillo, cortándolo todavía dentro de la piel. Y, por último, los extraes con ayuda de una cuchara.
En finas capas
La otra opción es picarlo en finas láminas, como las tostadas vírales de Instagram. Para que quede no solo bien cortado sino también expuesto, tienes repetir el primer paso del método anterior.
Una vez dividido en dos y desechado el hueso, retira la piel con la ayuda de un cuchillo de punta y lamínalo sobre la tabla de cortar.
Hasta aquí no tiene misterio. La dificultad radica en levantar el aguacate de la tabla de manera que no se desparrame, que queden las láminas ligeramente montadas unas encima de otras. Para conseguirlo, el truco, tal y como muestra el chef Bosquet, es meter un cuchillo ancho debajo y levantar el aguacate laminado para colocarlo sobre el pan o plato donde quieras presentarlo.
Una vez lo hagas una o dos veces verás que no tiene misterio alguno, pero este doble truco es el claro ejemplo de la de tiempo y disgustos que uno se ahorra cuando está aprendiendo a cocinar si dispone antes de ponerse manos a la obra de la información adecuada.