Los seres humanos necesitamos vitaminas para que nuestro organismo funcione de una manera efectiva y se mantenga sano. La mayoría de estos micronutrientes los recibimos a través de la alimentación, y también de la luz solar en el caso de la vitamina D, de ahí que insistan los pediatras en la importancia de los paseos con los recién nacidos y niños pequeños al aire libre.
En ocasiones, la alimentación no es suficiente y tampoco podemos garantizar estos paseos con los niños. Bien porque es invierno y apenas hay sol o por cualquier otra cuestión. Y en otros casos, existen motivos de salud que invitan a los especialistas médicos a pautar la ingesta de vitaminas en los niños y niñas. Pueden ser problemas digestivos, patologías como la anemia, problemas alimentarios, o cuestiones neurológicas, entre muchas otras. Por ejemplo, por citar uno concreto, el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y la falta de vitamina D.
En estos casos, siempre de la mano de un especialista médico, es posible que debamos recurrir a la suplementación alimenticia de los niños. Y es aquí donde pueden aparecer las dificultades para los padres y madres. Como pasa con las medicinas, todo cuerpo o líquido extraño es raro que un niño o niña pequeño lo acepte con gusto. Y la pelea puede resultar agotadora.
Pues bien, es aquí donde entran en juego un tipo de vitaminas para niños que no parecen que lo son. Se trata de las vitaminas infantiles en forma de gominola. El aspecto, para los peques, es un factor decisivo en lo que tiene que ver con la alimentación, y esto hace que las vitaminas con forma de gominolas sean mucho más atractivas para ellos.

Es posible que, si nunca has tenido que recurrir hasta ahora a los suplementos alimenticios, no supieras de la existencia de este tipo de gominolas que son vitaminas. Y no se trata de un producto tan novedoso, sino que ya son varias las marcas y laboratorios que tienen en el mercado este tipo de productos, que además se diseñan para atender diferentes necesidades vitamínicas en los niños. Por ejemplo, hay vitaminas en forma de gominolas que aportan vitamina A, lo cual es interesante en algunos casos de discapacidades visuales.
En función de la marca y el tipo de gominola, varían su forma, su color, su textura y su sabor, pero como puedes comprobar con este ejemplo de la firma Novonatur, una de las últimas en lanzar al mercado sus vitaminas para niños con forma de gominolas, la apariencia de dulce azucarado es evidente.
Y en este caso, además, se trata de gominolas sin aditivos químicos ni ingredientes industriales que aportan, concretamente, vitamina C, que “es un nutriente que el cuerpo necesita para formar vasos sanguíneos, cartílagos, músculos y colágeno en los huesos”, explica Mayo Clinic, y D3, micronutriente esencial en la salud ósea, señala la misma fuente médica.
En cualquier caso, tal y como advierte la pediatra Lucía Galán Bertrand, ‘Lucía Mi Pediatra’, a un niño o niña saludable no se le deben suministrar vitaminas. “La dieta habitual de un niño de nuestro medio en el que come frutas, verduras, cereales (pan, pasta, arroz…) cubre sobradamente las necesidades diarias de vitaminas”.
La pediatra cita, eso sí, algunas excepciones, como es el caso de los niños y niñas con dietas no convencionales, cuyos casos han de ser estudiados uno a uno, y los lactantes menores de un año, para los que la “OMS y la Asociación Española de Pediatría recomienda los suplementos de Vitamina D3”, concluyen. Evidentemente, a estos bebés no se les pueden dar vitaminas en forma de gominolas.
Por ello, insistimos en recomendarte que cualquier tipo de suplemento vitamínico debe estar pautado por el pediatra o especialista médico de referencia.