Siete consejos de fácil aplicación para tener un sistema inmunitario más protegido

Solo las vacunas y nuestra intervención a través de hábitos saludables pueden cuidar y proteger al sistema inmunológico
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Proteger el sistema inmunológico de nuestro cuerpo es algo en lo que sí tenemos responsabilidad. Hay factores internos que no alcanzan a nuestro control, de forma que no podemos interceder en ellos, pero hay otras cuestiones de carácter externo, ajeno a nuestro cuerpo si bien es impactado por ellas, en las que podemos intervenir. Y no es difícil hacerlo; simplemente requiere un cambio de hábitos saludables.

No podemos restar importancia a que nuestro sistema inmunológico esté fuerte, ya que es el que “protege el cuerpo de infecciones y enfermedades”, como recuerdan desde el Centro de Control de Enfermedades y Prevención (CDC), organismo sanitario referente en Estados Unidos. “Combate todo, desde los virus del resfriado y la gripe hasta enfermedades graves como el cáncer”, advierten.

Hay enemigos claros del sistema inmunológico, identificados a la perfección por la ciencia, y señalados y subrayados en rojo por los organismos, instituciones y compañías centradas en la salud. “Provocan que nuestro organismo y sistema inmunológico se debilite, facilitando el contagio de infecciones a pesar de las principales vacunas (catarros, gripes, cistitis, etc.) y una mayor duración de las mismas”, apuntan desde Mapfre Salud.

Solo las citadas vacunas, que desarrollan inmunidad contra enfermedades específicas, y nuestra intervención puede cuidar a este sistema fundamental para nuestra salud.

Siete hábitos para cuidar el sistema inmunológico

Hay más formas de proteger al sistema inmunológico, pero por encima de todas las que están a nuestro alcance destacan siete que organismos y compañías sanitarias como el CDC y Mapfre Salud enumeran y explican.

Comer bien

“Significa poner énfasis en comer muchas frutas y verduras, proteínas magras, cereales integrales y leche y productos lácteos sin grasa o bajos en grasa”, señalan desde el organismo sanitario, que también incide en la importancia de “limitar las grasas saturadas, el colesterol, la sal y los azúcares añadidos”.

En este sentido, el equipo de Mapfre Salud recuerda que si la alimentación “es inadecuada o insuficiente se produce una caída de las defensas, y por el contrario, si es equilibrada y completa, ayuda a mantenerlas en forma o incluso las fortalece”. Y hace hincapié, además, en que “no es sólo una cuestión de cantidad, ya que la procedencia de las grasas que introducimos en nuestra dieta también es importante”, lo cual entronca con los consejos del CDC: más grasas monoinsaturadas, que son las “presentes en el pescado azul, frutos secos, aceite de oliva, girasol o soja”.

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Vida activa

La actividad física regular no solo tiene un impacto en la salud mental, sino que ayuda también al descanso y a combatir la ansiedad. Todo esto tiene impcto en la salud del sistema inmunológico, pero es que “la investigación emergente también sugiere que la actividad física puede beneficiar potencialmente la inmunidad”, apuntan desde el CDC.

Por ello, es fundamental mantener una vida activa, dando prioridad a formas de transportes saludables como el caminar y la bicicleta, y reservando un tiempo diario al ejercicio físico, siempre adaptado a nuestra condición y edad.

Peso saludable

Señalan desde el CDC que el “exceso de peso puede afectar el funcionamiento de su cuerpo” y recalcan que la obesidad puede llegar a reducir la eficacia de algunas vacunas, lo cual es una manera indirecta de desproteger al sistema inmunológico.

“Las formas seguras de ayudar a mantener un peso saludable incluyen reducir el estrés, comer alimentos saludables, dormir lo suficiente y realizar actividad física con regularidad”, afirman desde el organismo sanitario norteamericano.

Dormir lo necesario

Este es otro hábito sobre el que existe un amplio consenso en la comunidad científica y sanitaria: necesitamos dormir lo suficiente, descansar.

El equipo de Mapfre Salud insiste en que es esencial respectar el descanso nocturno. “No podemos olvidar la importancia de respetar el tiempo del sueño, entre 6 y 8 horas, ya que algunas de las células de las defensas se producen durante el descanso”, aseguran.

En la misma línea se expresan desde el CDC: “cada vez hay más pruebas científicas de que la pérdida de sueño puede afectar negativamente a diferentes partes del sistema inmunológico”, dicen. “Puede conducir al desarrollo de una amplia variedad de trastornos.

No fumar

No hay institución sanitaria que no recomiende dejar de fumar a quien lo haga. Y esto es así, entre otras muchas razones de índole médica, porque “fumar aumenta el riesgo de problemas del sistema inmunológico”, apuntan desde el CDC.

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No consumir alcohol

O al menos, como matizan desde el CDC estadounidense, “evitar el exceso de alcohol” porque está demostrado científicamente, añaden desde el citado organismo, que “con el tiempo, el consumo excesivo de alcohol puede debilitar el sistema inmunológico”.

El cuidado de la piel

Es el séptimo consejo, en el que pone el acento el equipo de Mapfre Salud porque se le suele prestar menos atención cuando es algo trascendental en su opinión experta. “El cuidado de nuestra piel es la barrera física que mantiene a raya las infecciones”, concluye.

Si detectas síntomas como las “pupas en los labios, el cansancio mayor de lo habitual, heridas que tardan en cicatrizar, dolores musculares sin haber practicado ejercicio o fragilidad del cabello y uñas, enumeran desde Mapfre Salud, es que es probable que tengas debilitado el sistema inmunitario. Revisa tus hábitos para aumentar tu inmunidad en la medida de lo posible.

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