Proteína animal vs. proteína vegetal, ¿qué diferencias hay?

Las proteínas son esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, pero no todas son iguales. Te contamos cuáles son sus principales diferencias.
Proteína animal

Las proteínas son uno de los macronutrientes que más funciones cumple en el organismo. Desempeñan un papel crucial para la vida, ya que contribuyen a fortalecer los huesos y músculos, refuerzan el sistema inmunológico, regulan la actividad y función de las células, mantienen y reparan tejidos e intervienen en la formación de los jugos digestivos, las hormonas y las vitaminas.

Cuando se trata de sumar proteínas a nuestra dieta, tenemos la opción de acudir a alimentos de origen animal o de origen vegetal. Las principales fuentes de proteína animal son la carne, el pescado, los huevos y la leche, mientras que las legumbres y los frutos secos nos aportan proteínas vegetales. Ahora bien, estas proteínas no son exactamente iguales. Te contamos todo lo que tienes que saber sobre las proteínas animales y vegetales, y cuáles son sus diferencias.

¿Qué diferencia hay entre la proteína animal y la proteína vegetal?

Existen diferencias notables en cuanto a su calidad nutricional. Los expertos sostienen que la proteína animal es de mayor calidad, por varios motivos. Dicha proteína se absorbe mucho mejor por el organismo, posee una mayor digestibilidad y es de alto valor biológico. Esto último quiere decir que las proteínas de origen animal contienen todos los aminoácidos esenciales al ser muy semejantes a las de nuestro organismo. De hecho, la proteína animal puede alcanzar una absorción del 90%, mientras que la vegetal se sitúa entre el 60% y el 70%.

Un segundo factor clave a la hora de considerar las proteínas animales como las de mayor calidad es su densidad nutricional. La cantidad de proteína que concentran por volumen es más alta en los alimentos de origen animal, mientras que para lograr una proteína completa de origen vegetal es necesario combinarlas con otros alimentos.

En cuanto a sus propiedades, los alimentos de origen animal poseen un alto contenido en vitaminas del tipo complejo B, especialmente la carne. Los lácteos aportan minerales como el selenio; la carne, zinc y hierro; y el pescado también aporta zinc y hierro, además de sodio y yodo. Con respecto al pescado azul, éste aporta Omega 3, muy beneficioso para la salud.

Sin embargo, las vegetales tienen algunas ventajas que las de origen animal no poseen, por ejemplo, su aporte de grasas insaturadas (a excepción del pescado azul, que también las contiene), un alto contenido en fibra y minerales. Además, al contener purinas, facilitan el filtrado y eliminación de sustancias relacionadas con el ácido úrico. Por su parte, los alimentos proteicos de origen animal suelen aportar ácidos grasos saturados y colesterol.

Otro aspecto a tener en cuenta es la cantidad de proteína que podemos consumir dependiendo de su procedencia.  Por ejemplo, una pechuga de pollo contiene alrededor de 22 gramos de proteína por cada 100 gramos, un valor muy parecido a la ingesta de 100 gramos de lentejas, que aportan 23 gramos de proteínas. Es muy fácil tomar en una misma comida 100 gramos de carne, pero muy complicado llegar a esta misma cantidad cuando consumimos legumbres. 

En resumen, para lograr una alimentación equilibrada, lo ideal es hacer un consumo tanto de alimentos animales como vegetales.

Recomendamos en