Un bizcocho casero siempre es una deliciosa opción para disfrutar en cualquier momento. Si eres fanático de los dulces y los sabores suaves, esta receta será perfecta para ti. Con pocos ingredientes y pasos sencillos, podrás hacer un bizcocho de yogur que será la envidia de tus amigos y familiares.
La esponjosidad y el sabor que aporta el yogur hacen que estos bizcochos sean perfectos para disfrutar en el desayuno, la merienda o incluso como postre.
Hacer esponjosos estos dulces es crucial para proporcionar una experiencia agradable al paladar. La esponjosidad no solo añade una textura ligera y suave, sino que también influye en la percepción del sabor al facilitar la fusión de ingredientes.
Pero, para lograr que este bizcocho tenga la consistencia perfecta, necesitarás una lista de productos indispensables y unas técnicas específicas para su horneado.

En primer lugar, necesitarás 200 gramos de harina de trigo. Este es el ingrediente principal en cualquier bizcocho, ya que aporta la estructura y consistencia necesaria para que la masa se mantenga unida durante el horneado. Asegúrate de tamizarla antes de su uso, ya que esto ayudará a que tu bizcocho quede aún más esponjoso.
El siguiente ingrediente clave es el azúcar, ya que además de endulzar el bizcocho, ayudará a que adquiera una textura tierna y suave. Se necesitan 200 gramos de azúcar blanca granulada o morena, según tu preferencia. Recuerda mezclar bien el azúcar con los demás ingredientes para que se integre de manera uniforme en la masa.
El yogur será el protagonista de este bizcocho casero. Para ello, se utilizará 1 yogur natural, sin sabores ni azúcares añadidos, para obtener un sabor puro y auténtico. Además, también aportará humedad y suavidad a la masa. Puedes utilizar yogur griego si deseas obtener un bizcocho aún más cremoso.
Por último, también se necesitarán 3 huevos,100 ml de aceite de girasol, un sobre de levadura en polvo, ralladura de limón y una pizca de sal. Los huevos darán estructura y esponjosidad al bizcocho, mientras que la levadura será la responsable de hacer que tu bizcocho crezca en el horno. La pizca de sal ayudará a realzar el sabor de todos los ingredientes y equilibrar los sabores dulces.
Una vez que se haya comprobado que todos los ingredientes están preparados, solo queda ponerse manos a la obra.
En un bol grande, bate los huevos junto con el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa y de color claro. Agrega el yogur natural y el aceite, y mezcla bien.
A continuación, añade la ralladura de limón, la harina tamizada, la levadura y la pizca de sal. Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea.
Una vez conseguida, vierte la mezcla en un molde previamente engrasado y enharinado, que sea lo suficientemente grande para que la masa pueda expandirse durante la cocción.
Lleva el molde al horno precalentado y hornéalo durante aproximadamente 30-35 minutos. Inserta un palillo en el centro del bizcocho y retíralo. Si al sacarlo está limpio tu bizcocho ya no necesita más tiempo de cocción.
Retíralo del horno y deja que se enfríe en el molde durante unos minutos. Después, desmolda el bizcocho y déjalo enfriar completamente sobre una rejilla.
Finalmente, puedes servirlo espolvoreado con azúcar glasé o acompañarlo de una bola de helado de yogur para darle un toque extra.