Revista Mía

Ocho pueblos de Málaga imperdibles en primavera para los amantes del turismo rural

La primavera y el comienzo del verano son las mejores épocas para visitar la provincia de Málaga, un paraíso para los amantes de los pueblos bonitos y de las flores.

La primavera y el comienzo del verano son las mejores épocas para visitar la provincia de Málaga, un paraíso para los amantes de los pueblos bonitos y de las flores. Ambas cosas, turismo cultural e histórico, y la explosión de colores primaveral en su máxima expresión, se unen en los pueblos blancos que salpican la orografía del interior de la provincia de Málaga.

El turismo de interior de esta zona de Andalucía no tiene nada que envidiar al de costa. La Costa del Sol y Málaga capital son lugares imprescindibles, zona de clima y playas privilegiadas, pero la provincia es mucho más que esto. Y no solo nos referimos a Antequera, un pueblo repleto de atractivos culturales como sus dólmenes prehistóricos, y naturales, como el popular ‘Caminito del Rey’, sino a una larga lista de pueblos de pequeño y mediano tamaño que son dignos de postal.

No en vano, muchos aparecen en los rankings de los pueblos más bonitos de España. Listas elaboradas por medios de prestigio como National Geographic o The Times. Todos ellos, pueblos blancos que en esta época del año a su belleza intrínseca añaden un atractivo especial: el color y la personalidad que le aportan las flores en primavera.

Estos son ocho municipios malagueños imprescindibles para visitar en una escapada primaveral por esta zona del sur de España.

Ronda

De Ronda todo merece la pena. En verano, el calor complica un poquito disfrutar de todos sus atractivos, desde los culturales e históricos, a los paisajísticos y gastronómicos, pero en primavera en una época inmejorable para visitar esta preciosa ciudad, con el añadido del colorido del estallido primaveral.

Frigiliana

Uno de los pueblos más bonitos de Espala está en el interior de la provincia de Málaga. Se llama Frigiliana y ofrece, entre otros muchas cosas, una panorámica impresionante de la Costa del Sol. Su conjunto arquitectónico es una mezcla de culturas, ya que en el siglo XV convivían árabes, judíos y musulmanes.

A ello, como es el caso de todos los pueblos de la provincia de Málaga en primavera, hay que sumar el atractivo que es la primavera para la paleta de colores de sus calles.

Benalmádena

Quien conoce este municipio malagueño sin ser de la provincia lo hace por su costa, pero lo cierto es que Benalmádena es un precioso pueblo blanco repleto de flores y macetas en primavera. Son calles a 300 metros de altitud en las que cambiar de aires del turismo de playa sin necesidad de hacer kilómetros en coche.

Genalguacil

Ha tenido que venir un medio internacional, The Times, para descubrirnos a muchas personas la belleza de Genalguacil, un pequeño municipio del interior de Málaga, en el valle del Genal, que tiene alrededor de un millar de habitantes.

Rodeado de pinos, alcornoques y castaños, este pueblo de influencia árabe es conocido por ser un museo al aire libre, a lo que se suma la explosión del mundo natural en primavera.

Por todo ello, The Times lo ha elegido entre sus veinte pueblos favoritos de la Península Ibérica.

Canillas de Aceituno

Curioso nombre el de este pueblo situado a los pies de Sierra Tejada. Las macetas y las flores son parte inseparable de la esencia de sus calles estrechas. Además, ofrece turismo natural con atractivos como la ruta de El Saltillo, con un puente colgante a 70 metros de altura.

Casares

Un rincón especial en el interior de Málaga, cerquita de la provincia de Cádiz y a tiro de piedra de la costa, es Casares, una fortaleza árabe del siglo XIII situado en una colina de la sierra Crestellina.

Y, por si fueran pocos sus atractivos, te invito a completar la visita a Casares con una visita a Sarmiento, un restaurante insuperable en relación calidad-precio-emplazamiento.

Ojén

Muy cerquita de Marbella, apenas a diez kilómetros, se encuentra el pueblo de Ojén, un municipio de casas blancas situado en medio de las sierras Blanca y Alpujata.

Un lugar precioso para escapar del ruido marbellí en busca de calles bonitas y tranquilas, y naturaleza.

Gaucín

En la cresta de la sierra del Hacho aparece este pueblo blanco decorado, cómo no, con macetas que desprenden colores y aromas andaluces. Más allá de su atractivo estético, Gaucín es conocido en la zona por la espectacular vista que proporciona del peñón de Gibraltar y alrededores.

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