Con la llegada de las altas temperaturas hay dos frutas que no pueden faltar en las neveras españolas: la sandía y el melón. Y es que además de sus múltiples propiedades para la salud, su alto contenido en agua hacen que sea la opción perfecta para refrescarnos ante las sofocantes olas de calor que invaden nuestro país por estas fechas.

Si bien es cierto a la hora de elegirlas cuando hacemos la compra, puede resultar más que una tarea, todo un reto, pues ¿a quién no le ha pasado alguna vez que le ha salido algo agría o insulsa una sandia o un melón?. Para que eso no os ocurra, hoy os contaremos concretamente cómo saber elegir un buen melón.
Lo cierto, es que entorno al melón se ha construido diversos mitos a la hora de ir a comprarlo como los toquecitos en un lado con el dedo para ver si está hueco, lo del grosor o la forma de las líneas, que tenga que tener un determinado peso...
Vicent Eixea, un agricultor y melonero de Castellón (Comunidad Valenciana) con 43 años de experiencia, ha desvelado algunos trucos para saber elegir un melón y que no salga malo, así como derribar falsos mitos de este alimento tan consumido y apreciado en España.
Trucos para elegir bien un melón y que salga bueno

De hecho, según Eixea en una entrevista para El Periódico Mediterráneo "lo de mirar el grosor de las líneas no es relevante a la hora de determinar su calidad". Y sentencia con que "Los hay que dicen que es mejor que sean rectas, y otros circulares, pero realmente es secundario".
Sin embargo, si lo es el color "tiene que terminar el proceso de maduración en la planta, y eso se sabe por el color amarillo que tiene el pezón": "Hasta que no está amarillo del todo es porque aún le queda tiempo de estar en planta y antes de comprarlo tenemos que comprobar que la parte por la que se corta, aunque mida solo unos milímetros, sea amarilla. Eso es lo fundamental".
Otros trucos son: Dar golpecitos. Sí, lo de los golpecitos sirve, ahora bien "Los hay que lo distinguen dando unos golpes, que tienen que sonar secos. Si hay eco es que no está como debe estar", señala.
Y el peso también es importante: "Tiene que pesar porque se tiene que haber alimentado lo suficiente, aunque es cierto que se puede manipular el peso con nitrógenos que dan más tamaño, pero no más sabor".
Finalmente, apunta que es importante conocer quién vende el melón. A él, por ejemplo, le salen pocos melones malos porque asegura estar muy pendiente del proceso: "En el supermercado es fácil encontrarte con algunos que no tienen las características deseadas".