El objetivo que se persigue al vigilar la alimentación, en personas con fibromialgia, es rebajar todo lo posible la inflamación, por lo que se evitarán productos procesados, azúcares, alcohol y otros tóxicos, con el fin de facilitar el proceso antiinflamatorio necesario para revertir la situación que provoca tanto dolor y molestias.
Por su parte, se dará prioridad a los vegetales y las grasas saludables, así como un refuerzo de fibra para favorecer el tránsito intestinal. Estos son algunos aspectos que tener presentes a la hora de elaborar los nuevos menús, según la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y experta en dermofarmacia y nutrición.
La dieta sana y perfecta para personas con fibromialgia
- Omega-3. El ácido graso presente en el pescado azul –como el salmón– o los frutos secos es altamente antiinflamatorio, por lo que debe estar presente cada día en la dieta de las personas con fibromialgia.
- Lactosa. Se ha dado muchos casos de intolerancia a la lactosa en personas diagnosticadas con fibromialgia, por lo que es algo que debe tenerse en cuenta a la hora de valorar diferentes síntomas. Eso sí, aunque se retire la leche y algunos lácteos, recuerda que los yogures no contienen prácticamente lactosa y son muy interesantes a la hora de favorecer un correcto mantenimiento de la microbiota. De igual forma, es necesario dar prioridad a probióticos naturales.

- Sal. El sodio puede llegar a empeorar los síntomas, por lo que se aconseja sustituir la sal por hierbas aromáticas o especias. La cúrcuma tiene un gran poder antiinflamatorio, al igual que el jengibre.
- Vitamina D. Se trata de un nutriente esencial a la hora de cuidar el sistema inmune y sintetizar el calcio con el objetivo de mantener unos huesos fuertes. Ante la posible falta de esta vitamina se puede recetar un suplemento, pero también tomar el sol a diario, algo que también ayuda a relajar la musculatura y relajar el dolor.
- Triptófano. La depresión y el bajo ánimo están muy presentes, por lo que es necesario favorecer la secreción de serotonina, conocida como la hormona del bienestar. El triptófano es un aminoácido esencial que estimula la producción de serotonina y que está presente en muchos alimentos comunes, como los plátanos, los huevos, las nueces o el pollo.
Además, es importante considerar el papel del magnesio, un mineral esencial para el buen funcionamiento muscular y nervioso, cuya deficiencia puede empeorar la fatiga y los calambres frecuentes en la fibromialgia; por ello, se recomienda incluir alimentos ricos en magnesio como frutos secos, semillas, legumbres y verduras de hoja verde. También puede ser útil valorar, bajo supervisión médica, la adopción de dietas sin gluten o sin lactosa en caso de sensibilidad o intolerancia, ya que algunas personas con fibromialgia experimentan mejoría al reducir estos componentes. Por último, aumentar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes —como frutas y verduras frescas, especialmente frutos rojos, cítricos, zanahorias y brócoli— contribuye a combatir el estrés oxidativo y la inflamación, factores clave en el manejo de esta enfermedad.