¿Los alimentos congelados conservan todas sus propiedades?

Si consumes alimentos congelados es normal que te preguntes si conservan todas sus cualidades. Pero lo cierto es que serían similares a su versión fresca.
Los alimentos congelados conservan todas sus propiedades

Desde hace algunos años es normal vivir con mucho estrés y ansiedad. Por ejemplo, es común hacer las cosas deprisa y corriendo, sin apenas tener tiempo de disfrutar de una buena comida o de, simplemente, pasar un tiempo agradable cocinando.

Debido a ello, es normal que cada vez más personas opten por alimentos precocinados o alimentos congelados con cierta regularidad, aún cuando en algunos casos, es cierto, podría nutricionalmente no ser lo recomendable.

Si bien es cierto que todo dependerá del tipo de alimento o comida que vaya a consumirse, cuando nos preocupa nuestra salud, pero también tendemos a tener el congelador lleno de alimentos congelados, es normal preguntarte hasta qué punto es una opción nutritivamente aconsejada. Y, sobre todo, si en realidad conservan o no todas sus cualidades. 

¿Qué es y en qué consiste un alimento congelado?

Podemos encontrarnos infinidad de alimentos y comidas congeladas en la sección de congelados de todos los hipermercados y supermercados. Desde verduras a frutas (para la elaboración de batidos o smoothies), pasando por marisco, pescados o carnes, solo por citar algunos sencillos ejemplos.

Pero el mundo de los congelados va mucho más allá, hasta el punto que el sector de la alimentación se ha preocupado en ofrecer a los consumidores toda una amplia variedad de productos congelados con la intención de cumplir al máximo con las necesidades (o expectativas) de los clientes. 

Es más, en nuestro país podemos encontrar a día de hoy más de 600 empresas que se dedican a esta actividad. Mientras que, según cifras del año 2018, las ventas de alimentos congelados aumentaron alrededor de un 3,5 por ciento respecto al año anterior (2017). Aunque es de esperar que las cifras se hayan incrementado considerablemente a lo largo del pasado año, como consecuencia del confinamiento.

Aún cuando el congelador suele ser el último recurso a la hora de cocinar, sí puede convertirse en una opción útil cuando no disponemos de mucho tiempo, o preferimos optar por algún producto congelado con antelación para descongelar y consumir directamente.

Básicamente, un alimento congelado consiste en un alimento que ha sido congelado a una temperatura muy baja con la finalidad de aumentar su conservación, al ralentizar su descomposición al convertir la humedad residual en hielo. De esta manera, se consigue inhibir el crecimiento de la mayoría de especies bacterianas, aumentando con ello el período de caducidad.

Debemos tener en cuenta que, a menudo, los alimentos frescos (como frutas y verduras) pueden ser recogidos antes de que el alimento se haya madurado completamente, por lo que son inmediatamente recogidos, enviados y almacenados.

Mientras tanto, el tiempo que va desde la cosecha hasta la llegada a casa (o al plato) puede ser de días o incluso unas pocas semanas, por lo que, durante este tiempo, el alimento fresco puede perder nutrientes.

De hecho, como ha demostrado algún que otro estudio, los alimentos frescos tienden a perder la mayoría de sus nutrientes, en especial vitaminas y minerales, en los tres días posteriores a su recolección. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los alimentos congelados, ya que son cosechados en su punto máximo de madurez, y son rápidamente congelados, en cuestión de pocas horas, por lo que la pérdida de nutrientes es bastante baja.

Cualidades de los alimentos congelados - Foto: Istock

Por ejemplo, de acuerdo a un estudio realizado en el año 2013 por la Universidad de Georgia, en el que se analizó el nivel de nutrientes presente en los alimentos frescos y congelados tanto en el momento de la compra como cinco días después, el día en que se compran tanto los alimentos frescos como los congelados son nutricionalmente similares

Sin embargo, después de cinco días en la nevera, el alimento fresco contenía menos ácido fólico, vitamina C y vitamina A, en comparación con el alimento congelado.

Si bien es cierto que el proceso de congelación puede hacer que algunas vitaminas (como la vitamina C y el ácido fólico) disminuyan ligeramente, en realidad la mayor parte del valor nutritivo del alimento se mantiene casi intacto después de la congelación

De esta manera, la congelación no afecta a su contenido en fibra, al recuento de calorías o a su contenido en minerales. Es más, tampoco cambiará la cantidad de carbohidratos, azúcares, grasa o proteínas en un alimento en particular.

No ocurriría lo mismo, sin embargo, con su contenido en agua, algo que se vuelve muy evidente cada vez que descongelamos un alimento.

Debemos tener en cuenta que el acto de congelar un determinado alimento no hace que sea más o menos saludable. Al contrario, en realidad depende del contenido nutricional de los alimentos que se congelan. Así, no por el hecho de congelar un bollo o un bizcocho va a hacer que, de repente, se vuelva saludable; mientras que una fruta congelada sí seguirá siéndolo.

Por todo ello, lo ideal es alejarnos de los alimentos congelados precocinados y optar, básicamente, por alimentos congelados simples, como verduras preparadas para su cocción al vapor o al microondas, o las frutas congeladas cortadas para la elaboración de smoothies y batidos.

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