¿Qué sería de nosotras sin los dulces? Si bien es cierto que debemos consumirlos con moderación, no imaginamos una vida sin poder pecar de vez en cuando con un buen brownie, magdalena, croissant o macaron. Ahora bien, si hay algo que nos vuelve verdaderamente locas esas son las tartas, ¡hay tanta variedad y están tan ricas!
La primera referencia a una tarta la encontramos en la época de los griegos, quienes solían elaborar algo similar a una tarta con carne picada y masa de pasta. Sin embargo, fueron los romanos los que comenzaron a preparar las primeras tartas de dos pisos. Por aquel entonces, era popular una especie de empanada consistente en una harina de trigo y centeno, rellena de miel, especias y queso de oveja. Ahora bien, lo que hoy en día conocemos como tarta propiamente dicha, es decir, la típica tarta de frutas, no surge hasta el siglo XVI durante el reinado de Isabel I de Inglaterra, a quien le gustaba degustarlas con relleno de cerezas deshuesadas en lugar de la carne o pescado tradicionales.
¿A quién no le gusta la tarta? Aunque solemos tomarla sobre todo en las celebraciones especiales como los cumpleaños (seguro que cuando eras pequeña tomabas la típica elaborada a base de galleta y chocolate) o ciertos momentos de ocio, lo cierto es que este delicioso dulce tiene cabida en cualquier momento de nuestra vida. Lo que más nos gusta de las tartas es que se pueden preparar de mil y una maneras diferentes y todas están deliciosas: de chocolate, de frutos rojos, de manzana en infinidad de versiones como la tatin o la apple pie americana... Hay para todos los gustos y aunque todas están buenísimas, ciertas tartas se han ganado una reputación en todo el mundo y son conocidas por todos, sean o no golosos. Hablamos de la clásica Sacher que todo el mundo tiene que probar sí o sí, la Selva Negra que los más chocolateros adoran o la Victoria Sponge típica de Inglaterra, entre otras.
Ve haciendo hueco en el estómago porque vamos a presentarte las tartas cuya fama no entiende de fronteras y que sin duda te harán salir corriendo a tu pastelería más cercana porque tienen una pinta increíble.
Tarta Sacher
Es imposible hablar de tartas famosas y no mencionar a la auténtica reina de todas, la Sacher. Este delicioso pastel nace en Austria aproximadamente en el año 1832 gracias al repostero Franz Sacher. Conocida en el mundo entero, la tarta Sacher es una verdadera maravilla para los que adoran el chocolate. Se elabora con dos capas de un esponjoso bizcocho de chocolate, rellenas de mermelada de albaricoque y cubiertas en un brillante glaseado de chocolate negro. ¿Puede haber algo más rico?

Victoria Sponge
Según cuenta la leyenda, a la reina Victoria le encantaba disfrutar de un trocito de esta tarta cada tarde y por eso se denomina así. Este postre británico es bastante sencillo, pues consiste simplemente un bizcocho cuatro cuartos abierto en dos mitades y relleno de nata montada y mermelada de frambuesa o fresa. Es decir, un sándwich de bizcocho. Si viajas a Inglaterra tienes que probarlo sí o sí.

Selva Negra
La preferida de los más chocolateros. La tarta Selva Negra se origina en el estado alemán de Baden, concretamente en una zona llamada Foresta Negra, de ahí su nombre. Esta tarta se compone de varias capas de bizcocho de chocolate mojado en kirsch (una especie de licor de cerezas), relleno de nata y mermelada de cerezas. El broche de oro final, la crema chantilly y las virutas de chocolate que recubren este delicioso pastel. Simplemente delicioso.

Dobos
Este vistoso pastel húngaro surge de la mano del pastelero Jozsef C. Dobos allá por 1884. Se compone de seis finas capas de bizcocho intercaladas con crema de chocolate y, como colofón, una cubierta de caramelo. Todo un manjar que sin duda hay que probar al menos una vez en la vida.

Mimosa
La tarta mimosa es un dulce típico de Italia dedicado al día de la mujer. Toma como inspiración la flor de la mimosa, símbolo de este día de fiesta en el país de la bota. Dicho pastel se elabora con bizcocho genovés y un relleno de nata montada y crema pastelera. Tiene una pinta tan esponjosa y apetecible que se nos hace la boca agua solo con ver la foto. ¡Tienes que probarla!

Pavlova
No está claro si su origen es Australia o Nueva Zelanda, pero lo que sí sabemos con certeza es que fue creada para la bailarina de origen ruso Anna Pavlova, de ahí su nombre. Esta tarta que australianos y neozelandeses suelen degustar en Navidad y fechas señaladas es muy sencilla de elaborar, pues no lleva más que una base de merengue, un relleno de nata montada en el interior y por encima fruta fresca, que normalmente son frutos rojos, ¡y ya está!

Saint-Honoré
Los franceses son los auténticos reyes de la repostería y aquí tenemos la prueba (una vez más). Este famoso postre de origen francés debe su nombre a Honorato de Amiens, patrón de los pasteleros y panaderos. Consiste en una base de pasta quebrada sobre la que se colocan los profiteroles, crema pastelera y caramelo.

Tatin
La tarta Tatin es una de las más famosas del mundo. La manera de prepararla es bastante curiosa, pues las manzanas, previamente caramelizadas, se colocan en la parte inferior, mientras que la masa queda en la parte superior. Se sirve recién salida del horno en la posición lógica, con las manzanas arriba.
