Una experta en orden y limpieza resuelve una duda común: cómo cuidar bien las bayetas de microfibra y que no huelan mal

La experta en limpieza Pía Organiza comparte las claves para mantener las bayetas de microfibra limpias, sin mal olor y con más vida útil.
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Bayeta/Pía Organiza - Cortesía de iStock/@piaorganiza.

No hay hogar limpio sin herramientas bien cuidadas. Y si hay un objeto indispensable en la limpieza diaria de la cocina y el baño, son las bayetas de microfibra. Absorben, arrastran suciedad, secan superficies y nos acompañan en las tareas cotidianas. Pero si no se mantienen correctamente, pueden convertirse en el foco del mal olor y de bacterias no deseadas. La experta en orden y limpieza Pía Organiza (@piaorganiza) ha compartido en su perfil de Instagram un vídeo muy útil y didáctico que aclara todos los errores más frecuentes a la hora de cuidar estas bayetas, y nos da trucos que sí funcionan para mantenerlas frescas, higiénicas y con buena vida útil. En lugar de comprar y tirar, o de resignarse al olor a humedad, Pía propone rutinas simples y efectivas. Aclara, escurre, cuelga, lava… y, sobre todo, no guardes húmedo. Porque, como ella misma explica, “lo que produce el mal olor es la mezcla de suciedad y humedad que se queda atrapada en las fibras”.

Este tipo de contenido, directo y fácil de aplicar, es ideal para quienes buscan mantener la casa en orden sin complicaciones, sin productos caros y sin acumular más de la cuenta. Desde su perfil, Pía enseña que el orden empieza en los pequeños gestos del día a día: incluso en algo tan concreto como escurrir bien una bayeta. Ya os hemos hablado, por ejemplo, de los trucos de expertos en limpieza para desatascar el lavabo y dejarlo reluciente. Y, a continuación, resumimos las claves esenciales de esta profesional para cuidar bien tus paños de microfibra y evitar que acumulen bacterias o malos olores.

La rutina diaria de limpieza que marca la diferencia

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Bayeta - Cortesía de iStock.

Después de cada uso, las bayetas deben lavarse con agua caliente y jabón. Es fundamental frotarlas bien y aclararlas hasta que no salga espuma ni suciedad. Escurrirlas a fondo en ambos sentidos evita que retengan humedad, que es el principal enemigo.

Una vez limpias, deben colgarse al aire libre o en un sitio ventilado. Nunca se deben dejar hechas una bola, dobladas ni dentro del armario del fregadero mientras estén húmedas. Estas prácticas favorecen el mal olor y el deterioro de la microfibra.

Errores que hay que evitar

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Bayeta - Cortesía de iStock.

Pía es tajante con lo que nunca se debe hacer. No hay que guardar una bayeta sucia, ni dejarla húmeda en un cesto. Tampoco se deben mezclar con otras sin limpiar, ni doblarlas mojadas o guardarlas en espacios cerrados. Estas prácticas favorecen la proliferación de bacterias y hongos, y hacen que el mal olor aparezca incluso después del lavado.

Lavado semanal en lavadora: cómo hacerlo bien

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Bayetas - Cortesía de iStock.

La frecuencia del lavado dependerá del uso. Ella recomienda lavar las bayetas semanalmente a 60 °C, con detergente en polvo y tres cucharadas de percarbonato de sodio. El bicarbonato también sirve como alternativa. Siempre con doble aclarado y secado al aire. El uso excesivo de detergente es otro error común: si queda atrapado en las fibras, reduce la absorción y acelera el mal olor.

Limpieza intensiva para casos extremos

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Bayeta - Cortesía de iStock.

Cuando las bayetas ya están muy manchadas o impregnadas, Pía sugiere un tratamiento de choque: un barreño con agua hirviendo (del hervidor), unas gotas de Fairy o detergente similar y percarbonato de sodio. Se deja reposar 4 horas y luego se lava en lavadora a 50 o 60 °C con doble aclarado. Es una solución eficaz para devolver la limpieza a aquellas bayetas que parecen irrecuperables, sin necesidad de desecharlas a la primera.

El orden también empieza en lo invisible

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Bayetas - Cortesía de iStock.

Detrás de una cocina limpia hay rutinas que no siempre se ven, como colgar bien una bayeta o evitar que la humedad se acumule. Este tipo de trucos cotidianos son los que marcan la diferencia entre una casa simplemente limpia… y una casa cuidada.

Gracias a expertas como Pía Organiza, aprendemos que el orden y la limpieza no son una cuestión de perfección, sino de constancia y atención a los detalles. Porque incluso un gesto tan sencillo como escurrir bien una bayeta puede transformar la rutina diaria. Os dejamos también, por ejemplo, los trucos para limpiar los estores de las ventanas de forma fácil y rápida.

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