Los diferentes países del mundo tienen distintas regulaciones en cuanto a la cría de pollos se refiere. Si te preguntas cuál es el pollo de la mejor calidad, o qué tipos de carne existen dependiendo de cómo se han criado los animales (cómo ocurre con los huevos), sigue leyendo: te explicamos las regulaciones que existen para la cría de pollos en Europa y te decimos qué etiquetas debes buscar cuando estés comprando este producto en el mercado. Para empezar, ¿conoces los diferentes tipos de pollo que existen?
¿Cómo se crían los pollos en Europa?
La Unión Europa tiene una de las regulaciones más estrictas de todo el mundo en lo que a la cría de animales se refiere. La legislación de la UE prohíbe el uso de hormonas de crecimiento, el confinamiento extremo, la alimentación de pollo a pollo y el uso intensivo de antibióticos en la cría de estas aves. También es obligatorio para los criadores asegurar a los animales unas horas determinadas de descanso, así como la libertad de sus movimientos en el exterior. Estas normas se aplican a todos los pollos importados, así como a los pollos criados en el continente.
¿Qué tipos de pollos hay?
Para saber qué tipo de pollo te conviene comprar cuando vayas al supermercado, es necesario que conozcas las diferentes clases de pollo que existen y sus características. Solo de esta manera podrás comprar con conocimiento de causa. Una clasificación básica de los pollos que encontramos en los establecimientos de alimentación es la que los divide en pollos convencionales, pollos de crecimiento lento y pollos ecológicos. A continuación te explicamos los rasgos de cada tipo:
Pollo convencional: es el pollo blanco más común, y tiene una vida media de unos 35 a 50 días. De hueso débil y carne tierna, este tipo de pollo se cría en granjas que han de tener espacio suficiente para que los pollos pueden moverse a medida que crecen y engordan, ya que nunca están en jaulas. Se alimentan generalmente con cereales como el maíz, el trigo y la soja. En el mercado, lo reconocerás por ser la variedad más barata, de la que se aprovechan pechugas, contramuslos, alitas, etc.

De crecimiento lento: son los conocidos como pollos de corral, de granja o pollos camperos. A estos pollos se les deja crecer y engordar durante mucho más tiempo, por lo que sus huesos están más formados y duros, su carne está más hecha y tiene menos grasa, y su sabor es mucho más intenso y pronunciado. Estos pollos se suelen alimentar al 100% con cereales, (en torno a un 60% de maíz), lo que hace que tengan una tonalidad ligeramente amarilla.
Ecológicos: los pollos de este tipo también son de crecimiento lento, aunque la principal diferencia reside en que son alimentados con piensos ecológicos, procedentes de cultivos ecológicos en los que no se ha utilizado ninguna sustancia química. Se suelen sacrificar a los 80 días de vida y se pueden reconocer por la etiqueta que llevan, con el logotipo ecológico europeo. Su precio también suele ser superior en el mercado.