Cómo hacer la dieta circadiana de forma correcta
Su recomendación es comer en base al reloj biológico, dando prioridad a las primeras comidas del día.
Allá por 1992 dos médicos italianos, Mauro Rodisco y Paolo Marconi, desarrollaron la dieta circadiana, basada en los ritmos del mismo nombre, y amparándose en principios de cronobiología.
Esta disciplina de la biología defiende que cuando el cuerpo está al máximo rendimiento la comida no se convierte en grasa, y que ocurre justo lo contrario en reposo, que cualquier alimento engordará. Según apuntan algunos estudios, al llegar la noche, desde las 20:00 horas en adelante, los azúcares y los hidratos de carbono se digieren peor.
El significado del término circadiano da una pista inequívoca de por dónde va está dieta: de origen latino, ‘circa’ significa “alrededor de” y ‘diano’ se traduce por “día”. Por lo tanto, ritmo circadiano hace referencia a la rutina que marca nuestras vidas, la luz solar.
En qué consiste
La dieta circadiana de los dos médicos italianos está sustentada por estudios como el de Garaulet publicado en 2013 en la revista International Journal of Obesity, que evidenciaba que comer antes de las 3 de la tarde ayudaba incluso a perder peso. Y son numerosos los expertos que inciden en el hecho de que la tolerancia a la glucosa del organismo desciende de forma notable por la noche.
Para los creadores de la dieta circadiana no importan tanto las calorías como la hora a la que se consuman. En su opinión, solo hay que respetar unos horarios para no privarse de nada. Este mensaje, teniendo en cuenta que hablamos de alimentación, puede ser malinterpretado fácilmente, por eso es importante recalcar la letra pequeña de la dieta circadiana: se debe comer de forma saludable y completar el aspecto nutricional con dos patas más que son pilares fundamentales en una vida óptimo: descanso y actividad física.
La importancia de los horarios
En base a lo explicado se entiende por qué la dieta circadiana prioriza a las primeras comidas del día en el menú. Tanto el desayuno, que según los defensores de este tipo de alimentación es la que aporta energía para las tareas de la jornada y por eso puede ser copioso -lógicamente, el contexto de lo que se vaya a hacer después importa para diseñar el desayuno recomendable a cada caso-, como la comida de mediodía, alrededor de las 12, la mejor según la dieta circadiana para ingerir hidratos de carbono. Por la mañana, el organismo tiene una mayor capacidad de metabolizar los azúcares, por lo que hay autores que no ven con malos ojos incluir algo de dulce en la primera comida del día.
La tolerancia a los hidratos, según aquellos expertos que opinan en línea con lo que recomienda la dieta circadiana, es cuatro veces menor por la noche, por lo que es fundamental comer en base al reloj biológico, marcado a su vez por la luz solar. De lo contrario, tomando raciones más grandes por las noches, el riesgo de obesidades mayor.
En definitiva, es una dieta sencilla de seguir en lo que respecta a los ingredientes porque no hay lista de prohibidos, pero exige un gran cambio en la rutina de los horarios, y más para una sociedad, la española, que come muy tarde, en general.