Comer en la playa es un planazo familiar. A los peques les suele encantar la idea de estar todo el día en la arena, el agua y los columpios que haya en vuestro lugar de vacaciones o residencia. Y eso de comer de “picoteo” debajo de la sombrilla les apetece porque no deja de ser una experiencia diferente. Sin embargo, debemos ser cautelosos con el menú que preparamos.
Tal y como advierten expertos como la nutricionista Blanca García-Orea Haro, “El calor y el agua multiplica las bacterias, por eso la comida en la playa es la oportunidad perfecta para que crezcan los microorganismos y entren dentro de nosotros causando posibles infecciones o intoxicaciones”.
En un post divulgativo muy interesante publicado en Instagram, la especialista repasa los errores más comunes en el picnic de la playa y qué opciones sí son correctas.
Por un lado, enumera cinco errores que todos debemos conocer y ser conscientes de sus riesgos para no repetirlos, y aporta además la alternativa correcta. Son los siguientes:
- Llevar la fruta ya troceada. Lo recomendable son siempre las piezas enteras y sin pelar. Desde el tomate hasta el aguacate. Si vais a comer una ensalada, lo ideal es llevar los ingredientes enteros por separado y el aliño aparte, y prepararlo al momento de ser consumida, según recomienda Blanca García-Aires Haro. Melocotones, plátanos, nectarinas, uvas, cerezas… todo aquello que se pueda llevar entero es más recomendable que el melón y la sandía, dos clásicos de los táper en la playa.
- Llevar táper pero sin refrigerar.
- Llevar bolsas de cubitos de hielo.
- Creer que los productos pasteurizados no necesitan frío. También lo necesitan aunque sean más seguros.
- Llevar alimentos sin refrigerar que la necesitan. Entre ellos, el embutido, el gazpacho, que a poder debe ser pasteurizado si es industrial —lo pone en el envase—, la patata cocida, hummus y demás cremas y patés vegetales, entre otros.

Para poder hacer un picnic en la playa en condiciones y garantizando la seguridad alimentaria, es imprescindible disponer, según la nutricionista, de una nevera portátil o bolsa isotérmica, y placas de hielo, no de bolsas de hielo “de gasolinera”. Estos se deshacen, creando un charco de agua que “les encanta a las bacterias para reproducirse”, indica Blanca García-Orea Haro.
Los táper, además, deben ser de cierre hermético, no típicos envases de usar y tirar que nos dan en los establecimientos de comida para llevar. Conservarlos y usarlos más veces es otro error muy habitual que cometemos.
Ideas concretas recomendables
Por último, la nutricionista propone algunas ideas de platos concretos para llevar a la playa. Son las siguientes, aunque lógicamente puedes variarla a tu gusta o hacer tus propias combinaciones. La clave es utilizar ingredientes que puedas llevar enteros o cerrados.
- Ensalada de aguacate, tomate, aceitunas —las conservas, llevarlas cerradas también—, queso curado y atún.
- Ensalada de garbanzos con aguacate, manzana y berberechos.
- Guisantes con zanahoria, patata cocida y aceitunas.
- Gazpacho, sardinas, aguacate y queso.
- Sándwiches variados: de aguacate con atún, de jamón y queso, de crema de frutos secos, de hummus y queso.