Saxeda y Ozempic: una nutricionista nos explica los famosos fármacos para perder peso
Dos medicamentos que sirven para perder peso en casos específicos.
“Inyección milagrosa para adelgazar”: esto es lo que se suele escuchar sobre los fármacos Saxenda y Ozempic, que han ido ganando popularidad en los últimos años. Constantemente la sociedad busca métodos para bajar de peso de una manera rápida y sin mucho esfuerzo, es por ello que estos fármacos se pusieron tan de moda, ya que, llegaron para ayudar a personas que batallan con su peso constantemente.
Saxenda y Ozempic son dos medicamentos que se utilizan en el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2. Aunque ambos medicamentos pertenecen a la misma clase de fármacos llamada "análogos del péptido similar al glucagón-1" (GLP-1), tienen algunas diferencias significativas en su forma de uso y dosificación.
¿Qué es el saxenda?

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¿Qué es el Ozempic?
Ozempic, por otro lado, es una inyección subcutánea que se utiliza para el tratamiento de la diabetes tipo 2. El principio activo es el Semaglutide y la principal diferencia con el Saxenda es que este se administra una vez a la semana en lugar de una vez al día. Ozempic también ayuda a controlar la glucemia al aumentar los niveles de GLP-1 y reducir la producción de glucosa en el hígado. Además, puede ayudar a perder peso al reducir el apetito y la ingesta de alimentos.
Aunque ambos medicamentos tienen beneficios similares, hay algunas diferencias importantes que deben tenerse en cuenta al elegir uno u otro. Por ejemplo, el Saxenda puede ser más adecuado para personas con obesidad, mientras que el Ozempic es mejor para personas con diabetes tipo 2 que también necesitan perder peso. Además, el Saxenda se administra una vez al día, mientras que el Ozempic se administra una vez a la semana, lo que puede ser más conveniente para algunas personas.

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Sin embargo, ambos medicamentos pueden tener efectos secundarios similares, como náuseas, diarrea y dolor abdominal. En raras ocasiones, también pueden causar pancreatitis, una inflamación del páncreas que puede ser grave. Por lo tanto, es importante discutir con tu médico si estos medicamentos son adecuados para ti y cómo puedes minimizar los efectos secundarios.
Otra consideración importante es el costo. Como ambos son relativamente nuevos en el mercado, pueden ser bastante caros y no están disponibles en todos los países. Además, son fármacos no cubiertos por la seguridad social.
En conclusión, estos medicamentos son prometedores en el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2. Ambos funcionan al aumentar los niveles de GLP-1 y reducir el apetito y la ingesta de alimentos, lo que puede llevar a una pérdida de peso significativa. Sin embargo, es importante consultarlo con un médico.
Es importante aclarar que ambos fármacos únicamente funcionaran a largo plazo si van acompañados de un cambio de hábitos. Es una gran ayuda para personas con obesidad ya que, muchas veces se necesita un impulso extra para empezar en el camino de bajar de peso porque para muchos no es fácil empezarlo. Sin embargo, esto no servirá si no va de la mano de una alimentación saludable y balanceada.

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Como nutricionista estoy a favor del uso de estos fármacos sí se cumplen unos parámetros:
1. Que su administración este vigilada por un médico endocrino.
2. Que la persona sea apta para su uso, es decir, sólo estoy de acuerdo que lo utilicen personas con obesidad, diabetes y que presenten patologías asociadas. No público general.
3. Que la administración del fármaco vaya acompañada de un plan nutricional, un cambio de hábitos y de estilo de vida.