Dice la Real Academia de la Lengua Española (RAE) que una fruta es el fruto comestible de ciertas plantas cultivadas. Las verduras, en cambio, son plantas comestibles que se cultivan en huertos, como las hortalizas. Entonces, ¿ingredientes como el calabacín son una verdura o una fruta?
Llevamos toda la vida creyendo que la berenjena, el pimiento o el calabacín son verduras porque así se lleva viendo en supermercados y fruterías toda la vida. Pero estamos equivocados. Si hablamos de botánica, sin tener en cuenta aspectos comerciales, el calabacín es un fruta. Cualquier especialista en la materia así lo dice. Por ejemplo, Naranjas Ribera: “Si atendemos a aspectos botánicos, pertenece a la familia de plantas llamadas cucurbitáceas y están catalogadas como frutas”, aseguran.

Las cucurbitáceas son una familia de frutas que cuentan con más de 850 especies distintas. Algunos de ellas muy famosas y populares. Por ejemplo, las sandías, los melones, los pepinos o las calabazas son frutas de este este tipo.
La mayoría de estos frutos nacen de plantas que son trepadoras, aunque también las hay que nacen de arbustos leñosos o árboles de pequeño tamaño. En el caso del calabacín, o cucurbita pepo, el calabacín clásico, verde oscuro y alargado, es un fruto pepino de que se desarrolla del ovario hinchado de la flor de la planta. Por eso, el calabacín nace a continuación bonita y colorida flor, que por cierto también es comestible.
En los huertos urbanos, tan de moda estos días, se aprecia muy bien el crecimiento del calabacín, ya que es una de las frutas que más se planta en estos espacios porque necesita temperaturas cálidas. Por este motivo, Almería y la Región de Murcia, por ese orden, son las regiones que producen más calabacines en España.
Una vez se planta, con el calabacín se aprecia muy bien cómo va engordando hasta alcanzar un tamaño que puede llegar a esa muy grande, aunque no tanto como las calabazas (salvo excepciones), que son sus primas hermanas. La plantación, eso sí, se recomienda que sea en verano para evitar precisamente el frío del invierno, algo que no ocurre en zonas de España como las citadas pero sí en huertos urbanos ubicados en el interior, como puede ser en Madrid. De hecho, la tecnología y la ciencia ha permitido mantener una producción del calabacín estable durante todo el año.

Como sabes de sobra, la piel del calabacín es comestible, y solo el pedúnculo que une la fruta con la flor es dura. Ocurre igual en otras variedades de calabacín, como los de forma redonda o luna, o los blancos. El sabor de todos ellos no varía mucho.
En cualquier caso, por si quieres introducir la curiosidad en el debate familiar o por si, simplemente, tenías una duda que necesitabas resolver, ya sabes que el calabacín es una fruta aunque se venda como verdura. Algo así como el cacahuete, que pese a no serlo, se vende y se venderá toda la vida como fruto seco.