Los frutos secos son alimentos muy saludables y muy calóricos, en general. Algunos lo son más que otros, siendo las nueces las más saludables en este sentido, a lo que añaden un aporte nutricional sobresaliente, de ahí que siempre se las destaque como los mejores frutos secos. Pero lo cierto es que no hay un fruto seco que no aporte calorías. Entonces, ¿por qué tanta gente dice que ayudan a adelgazar? Hay un motivo, si se consumen con moderación, que argumenta esta teoría de que los frutos secos adelgazan.
De lo que no hay duda, porque está más que demostrado, es de que los frutos secos son muy nutritivos y muy saludables. Sobre todo, cuando se consumen crudos y sin sal, por ser todavía más precisos.
Nutrimed Elche, centro especializado en nutrición, condensa así todos los beneficios que aportan los frutos secos: “Los frutos secos son una fuente excelente de grasas saludables, proteínas y fibra. Su perfil nutricional los convierte en un complemento valioso para una alimentación equilibrada. Además, son ricos en ácidos grasos omega-3, lo que los hace especialmente benéficos para la salud cardiovascular. Estudios respaldados por la Academia de Nutrición y Dietética avalan sus efectos positivos en la reducción de riesgos asociados a enfermedades del corazón”.
Como ves, no ponen en valor que ayuden a adelgazar. El motivo es obvio: no es su mayor virtud. Sí lo son todas las mencionadas por el equipo de Nutrimed. Pero, dicho esto, sí es verdad que hay un argumento que sustenta la teoría de que los frutos secos adelgazan: su efecto saciante.
Está demostrado que, por sus características, los frutos secos son alimentos saciantes. Es decir, llenan mucho y bastante rápido. Y además, como sus grasas son saludables, se digieren más despacio que otros alimentos que se suelen tomar como snack a media mañana o en la merienda, por lo que el hambre tarde más en volver.
No hace falta ser científico para ser consciente de que, efectivamente, anacardos, nueces, pistachos, almendras o avellanas son ingredientes saciantes. Y que lo sean tiene un efecto indirecto en nuestro peso corporal, ya que su ingesta hace que comamos menos. O debería…
Y he aquí el quiz de la cuestión, porque la clave para que los frutos secos se puedan utilizar también como “herramienta” saludable para adelgazar pasa porque los tomemos con responsabilidad. En su justa medida. Como dice la nutricionista Lau Romano, “no es lo mismo un puñadito de frutos secos que un puñadote de frutos secos”, de ahí que sea imprescindible controlar las cantidades.
De no hacerlo, los frutos secos son alimentos calóricos que no van a facilitar precisamente que adelgacemos, sino más bien todo lo contrario. La clave, para no andar con un peso a cuestas cada vez que queremos tomar frutos secos, es que utilices tu puño como medida. Lo explica la propia Lau Romano: “la clave es poder cerrar el puño y que al moverlo no se te escape ninguna”, dice.
Todo lo que entre dentro de dicha medida es saludable… si tomas una porción al día, claro. De nada sirve que te quepan en la mano y tomes tres puñados. “Mi consejo: separen la porción justa en un tupper o bolsita para tener bien medida la cantidad del día, no tengan una bolsa de medio kilo y piquen de ahí”, apunta la nutricionista. “Piensen que si pasan de 300 calorías a 100 están ahorrando 200 por día, que en un mes son 6000 y eso equivale a 1 kilo menos de peso”, concluye.
Por lo tanto, en el caso de los frutos secos y el adelgazamiento nos movemos en un terreno de grises, de matices. Sí es cierto que pueden ayudar, de forma indirecta y no tanto como otros hábitos, como puede ser el deporte, a adelgazar, pero solo si controlamos la ingesta diaria y lo acompañamos de una dieta saludable en términos generales.
