Tener la tensión alta o sufrir hipertensión significa, según la Fundación Española del Corazón, tener un "aumento de la presión arterial de forma crónica con valores iguales o superiores a 140 mm de Hg (mercurio) de presión sistólica y 90 mm de Hg de presión diastólica". La hipertensión no es, desde luego, algo que se deba tomar a la ligera o a lo que no darle importancia, ya que la hipertensión es un factor de riesgo cardiovascular.
Las causas más habituales por las que la presión arterial puede elevarse son por algunas enfermedades, por tomar algunos fármacos, por una alimentación poco apropiada en la que, por ejemplo, abunde la sal, por sobrepeso, por tabaquismo, vida sedentaria y otros hábitos de vida poco saludables como el abuso del alcohol.
Los expertos siempre insisten en prestar especial atención a la cantidad de sal que tomamos en nuestra dieta: una cantidad pequeña de sal es necesaria para nuestro organismo, pero cuando se sobrepasa se puede producir retención de líquidos e hipertensión.
Según informan desde la Fundación Española del Corazón, "necesitamos 1,25 g de sal al día y tenemos que tratar de mantener su ingesta por debajo de los 6 g al día (1 cucharilla de café): 6 g de sal = 2,5 g de sodio = 2.500 mg de sodio".
Hacer ejercicio, llevar una vida saludable y llevar una alimentación saludable y gestionar el estrés es importante para mantener la tensión arterial en niveles saludables.
¿Qué valores son los normales para la tensión?
- Presión arterial normal. Los niveles máximos de presión arterial sistólica (máxima) están entre 120-129 mmHg, y los de diastólica (mínima) entre 80 y 84 mmHg. Si las cifras son más bajas también pueden considerarse normales si n provocan ningún síntoma.
- Presión arterial normal-alta. Las cifras de presión arterial sistólica (máxima) están entre 130-139 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg. En personas diabéticas, los niveles superiores a 140/85 mmHg también se consideran altos.
Hay alimentos que pueden ayudar a mantener la tensión arterial a raya, pero la tensión siempre tiene que ser controlada por el médico, establecer un tratamiento si es necesario y evidentemente tener en cuenta que no hay alimentos que vayan a hacer milagros y a provocar bajadas ante subidas bruscas de la misma. ¡Toma nota!
Alcachofas
Ricas en potasio y fibra, las alcachofas presentan propiedades diuréticas, lo que permite eliminar líquidos del organismo, disminuyendo así la tensión arterial. Tómalas 3 veces a la semana, guisadas, salteadas o al horno.

Aceite de oliva
Bastan 3 o 4 cucharadas soperas al día de aceite de oliva (mejor crudo) para que el sistema circulatorio se beneficie de sus propiedades. Es rico en ácidos grasos monoinsaturados y Omega-3, implicados en la reducción de los niveles de colesterol, factor de riesgo de la hipertensión.

Infusión de tila
También llamada té de tilo, aporta aceites esenciales y tiene propiedades que relajan los vasos sanguíneos, de modo que ayuda a la reducción de la presión arterial corporal. Puedes tomarte una taza al día, en sustitución del café.

Nueces
Como el aceite, las nueces son antioxidantes y ricas en ácidos grasos esenciales Omega-3, que consiguen reducir la inflamación de las arterias. Esto favorece el flujo sanguíneo hacia el corazón, disminuyendo así la tensión arterial. Toma un puñado al día, como tentempié de media mañana o media tarde.

Ajos
Los ajos promueven la dilatación de los vasos sanguíneos. De este modo, disminuye la presión sanguínea y se favorece la circulación y el transporte de oxígeno, lo cual supone que nuestro corazón trabaje más descansado.

...pero no hay milagros
Sin embargo, debemos tener claro que no existe un alimento mágico que reduzca drásticamente la presión arterial. La hipertensión es el resultado de varios factores que, con el tiempo, predisponen a su desarrollo (tabaco, genética, fallo renal, entre otros). Es el conjunto de la dieta equilibrada y el estilo de vida saludable el que ayuda a controlar la presión sanguínea alta.
