¿Por qué me sienta mal la comida?
Son muchos los factores que pueden alterar la digestión. Es hora de retomar eso de tranquilidad y buenos alimentos. Si te preguntas por qué te sienta mal la comida, aquí tendrás la respuesta.

La importancia de masticar
¿Tomas el almuerzo delante del ordenador y en cinco minutos? Lo cierto es que corren malos tiempos para comer sentados y con tranquilidad. “Antes, cuando el alimento escaseaba, se paladeaba más lo que se tenía la fortuna de comer, la ingesta era un rito importante que se cuidaba con esmero, no era un simple hábito rutinario. Este es el factor principal que hace que nos sienten mal las comidas, engullimos lo que comemos”, aclara el doctor Luis Miguel Benito de Benito, digestólogo de la clínica que lleva su nombre y experto de Doctoralia.es. Como norma general, hay que masticar cada bocado entre 10 y 15 veces y dedicar 20 minutos al acto de comer.

Aditivos en entredicho
Con grasas trans, enriquecidos con, bajos en...La industria alimentaria ofrece opciones muy modificadas y puede que el sistema orgánico no esté preparado para ellos. De hecho, un estudio del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Estatal de Georgia, en Estados Unidos, indica que podrían alterar la microbiota, inducir la inflamación intestinal y el síndrome metabólico. También hay otras investigaciones que indican que un patrón alimentario rico en grasas provocaría cambios en la mucosa intestinal, lo que favorece la aparición de alergias. Aun así, el experto se muestra cauto, es posible que tengan algo que ver, pero no son la causa principal, siempre que no estén presentes de forma mayoritaria en la dieta.

Cuida la conducta alimentaria
La selección de alimentos y las cantidades ingeridas influyen. Se ha perdido la costumbre de tomar productos frescos y de temporada y cada vez se consumen más alimentos procesados que incorporan aditivos, conservantes y colorantes. Y si son la base de nuestra dieta acaban siendo nocivos. ¿La alternativa? “Llenar la despensa de verduras, pescados, legumbres y hortalizas”.

Sedentarismo y obesidad
Un balance energético desmesurado y la falta de ejercicio alteran la peristalsis intestinal (contracciones musculares que transportan los alimentos). “Son dos malos hábitos de vida que conducen a desequilibrios orgánicos. Aparte del indicado, se ha demostrado que pueden producir eructos, gases, flatulencia, reflujo, estreñimiento, epigastralgia, ruidos intestinales y diarrea.

Cuidado con la moda ‘free’
Que se hable cada vez más de alergias e intolerancias alimentarias está haciendo que muchas personas prescindan de ciertos alimentos sin ser necesario. “Ni todo el mundo es celiaco ni la leche nos sienta mal a todos. Los que tienen dificultad en la digestión de algunos productos son minoría. Eliminarlos de la alimentación sin motivo conlleva, a la larga, la pérdida de la maquinaria enzimática capaz de procesar esas sustancias”. Además, la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEDP) ha alertado de los peligros que entraña esta tendencia perniciosa y sin fundamento que acarrea deficiencia de fibras y vitaminas y aumenta el riesgo de sufrir diabetes tipo 2.

Gestos que dan pesadez
- Cuidado con la siesta. Hazla corta, de no más de 20 minutos y no te acuestes. Tumbada se favorece el reflujo gástrico.
- No ser regular. Si no hay orden ni concierto en el horario y en la distribución de las comidas a lo largo del día, el aparato digestivo acabará sufriendo.
- Estar estresada. Las preocupaciones y la ansiedad alteran la estabilidad de la microbiota intestinal.
- Tomar alimentos indigestos. Los grasos pueden tardar hasta 9 h en descomponerse.
- No ser regular. Si no hay orden ni concierto en el horario y en la distribución de las comidas a lo largo del día, el aparato digestivo acabará sufriendo.
- Estar estresada. Las preocupaciones y la ansiedad alteran la estabilidad de la microbiota intestinal.
- Tomar alimentos indigestos. Los grasos pueden tardar hasta 9 h en descomponerse.