Revista Mía

Trucos para hacer tus recetas más sanas y ligeras

Mejorar tu dieta pasa por hacer una serie de pequeños cambios en tu día a día. Te damos algunas ideas para empezar a cocinar de manera más saludable y ligera para cuidar tu salud.

Comer saludable es uno de los propósitos que nos marcamos cada año cuando vemos que se acerca el verano. La alimentación saludable no es sinónimo de hacer dietas restrictivas. Tampoco debería serlo de comer aburrido o hacer un cambio radical en nuestra dieta. El secreto del éxito para una alimentación saludable no es más que ir incorporando a nuestros menús una serie de pequeños cambios que todo el mundo puede conseguir. 

Comer saludable implica llevar una dieta equilibrada en la que no nos falten los nutrientes necesarios para que nuestro organismo pueda funcionar correctamente, y eso implica decir adiós al consumo frecuente de ultraprocesados, que no nos aportan nada interesante a nivel nutricional (solo grasas, azúcares y sal). Los nutrientes que nos interesan son las proteínas, los carbohidratos y las grasas, además de las vitaminas y minerales que nos proporcionan las frutas y verduras más saludables. Si además cocinamos estos alimentos de manera que resulten más saludables (por ejemplo, utilizando siempre el aceite de oliva virgen extra como grasa vegetal, muchísimo mejor).

Uno de los errores de alimentación que más solemos cometer es abusar de la sal y el azúcar. Ambas sustancias son malas en exceso, pero los expertos consideran que es peor el abuso de azúcar. Eliminar el azúcar de tu dieta es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud. De hecho, si todos lo hiciéramos, se eliminarían algunas enfermedades endémicas como la diabetes. Además, se reduciría la incidencia de ciertos tipos de cáncer asociados al aparato digestivo. Por eso, una buena manera para ir reduciéndolo es apostar por endulzar tus comidas de manera natural, ya sea con frutas (el plátano es una de las mejores en este sentido), compota de manzana o un poco de canela.

Los fritos tampoco deberían estar presentes en tu dieta de manera habitual, pues son fuente de grasas saturadas poco interesantes a nivel nutricional. Deja las patatas fritas para una ocasión especial y opta por las guarniciones más saludables para tus platos (unos champiñones salteados, unas alcachofas, arroz integral, etc).

A continuación, te desvelamos ocho cambios que puedes hacer en tu alimentación diaria para comer más ligero y ganar en salud.

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