Nuestro organismo se alimenta, en parte, de proteínas. Nos permiten obtener energía y fortalecer los músculos, los huesos y la piel. Su consumo también es esencial para el crecimiento de las células y los tejidos, y su ingesta es particularmente importante durante los períodos de rápido crecimiento o aumento de la demanda de proteínas (como la infancia, la adolescencia, el embarazo y el período de lactancia). La cantidad de proteínas que demanda nuestro organismo va cambiando, no obstante, a lo largo de nuestra vida y se recomienda consumir alimentos ricos en ellas todos los días. Por ejemplo, si seguimos una dieta equilibrada estaremos ingiriendo entre un 12 y 15% de proteínas respecto a la energía total.
Conviene distinguir entre proteínas vegetales y proteínas animales. La proteína vegetal generalmente no se considera una proteína completa, pero el hecho es que ciertos alimentos vegetales contienen todos los aminoácidos esenciales, como la soja, las semillas de cáñamo, la quinoa... Encontramos también los frutos secos, las alubias (y legumbres en general) y algunas semillas. Es cierto que algunos de estos productos carecen de ciertos aminoácidos (por ejemplo, los cereales contienen muy poca lisina, que ayuda a los tejidos a recuperarse de diversas lesiones, producir hormonas y anticuerpos…), pero se pueden compensar sin ningún problema a través de otras comidas. Además, ten en cuenta que no es necesario ingerir todas las proteínas necesarias en una sola comida, sino que puedes hacerlo a través de varias.
La proteína animal, por su parte, es una proteína completa de alta calidad que contiene todos los aminoácidos esenciales. Un ejemplo de estos alimentos son los huevos, el pescado, los productos lácteos (leche, queso y yogur) y, por supuesto, carnes. La carne, el pescado o los derivados lácteos procesados, como las salchichas, no se consideran una buena fuente de proteínas. También cabe destacar que unas y otras se digieren de manera diferente.
Como las proteínas son fundamentales en nuestro día a día, te recomendamos contar con snacks ricos en ellas siempre a mano, por ejemplo en la oficina. Estos alimentos que te proponemos son perfectos para dar a nuestro cuerpo un plus de proteínas que además nos aporten la energía necesaria para desarrollar nuestras tareas. Apunta, que nos ponemos a ello.
Pipas de calabaza tostadas
Puedes llevarlas en tu bolso y son ideales para comer en cualquier lugar. Por cada 100 gramos, 19 son de proteínas y además están buenísimas. Como están tostaditas, tienen un toque crunchy irresistible.
Seitán
Este preparado a base de gluten de trigo en una fuente rica en proteínas y se considera una especia de 'carne vegetal'. Se puede preparar de múltiples maneras (al horno, en la sartén) pero como estamos hablando de snacks, también puedes prepararte un sándwich.
Batido de plátano y mantequilla de cacahuete
Tardarás 5 minutos en hacerlo y es una opción ideal si lo que te apetece es beber algo fresquito. Basta con mezclar unos plátanos maduros con leche vegetal (o agua, si lo prefieres) y una cucharada de mantequilla de cacahuete (que también puedes preparar en casa).
Tosta de requesón e higos
El requesón es un lácteo que contiene gran cantidad de proteínas y es bajo en grasas, que además combinado con el dulzor de los higos es totalmente irresistible. ¿Te apetece?
Snack de garbanzos
Puedes tostar los garbanzos en casa fácilmente y añadir una pizca de sal. Crujientes y deliciosos, también puedes agregar un poco de pimentón picante para darles un toque original.
