¿Cómo hacer queso ricotta? Así se prepara de forma casera
Cremoso, suave y apto tanto para postres como para platos salados. ¡Aprende a preparar este delicioso requesón!
De color blanco, de un sabor suave y con una textura blanda y granulosa. Así es el famosísimo queso ricotta -o el clásico requesón- un tipo de queso tremendamente popular en algunos lugares como Italia, donde se emplea mucho en postres dulces y en platos de pasta. ¡Es muy versátil! En nuestro país, también es común verlo en ensaladas, en pizzas o como relleno de pastas, patatas y otros alimentos que se preparan al horno.
El queso ricotta -que significa literalmente, volver a cocinar- hace referencia a su proceso de elaboración: originalmente este queso se hacía a partir del suero drenado de otros quesos como el mozarella o el provolone. ¿Interesada en aprender a prepararlo de forma casera? Su receta es muy fácil y sólo necesitas un par de ingredientes comunes. Si te pica la curiosidad, sigue leyendo. ¡Así se prepara el mejor queso ricotta!
Ingredientes que necesitas:
- 500 ml de leche entera
- 200 ml de nata líquida,
- Una cucharada y media (soperas) de vinagre blanco
- 1 puñadito de sal
Paso a paso
Para empezar, pon un cazo al fuego caliente la leche con la nata líquida y la cucharadita de sal. Lleva la mezcla al punto de ebullición, y cuando ésta comience a hervir, retira el cazo del fuego y añade el vinagre blanco. Remueve bien todos los ingredientes, hasta que veas que a la leche le comienzan a salir grumos, como si se hubiera cortado.
En este punto vierte la mezcla en un colador con una gasa incorporada para drenar todo el suero. Deja la masa escurriendo durante al menos una hora, apretándola bien un par de veces para que suelte la mayor cantidad de líquido posible. También puedes dejarla escurriendo en la nevera, durante un par de horas. ¡Y listo! El queso quedará formado en la gasa del colador, blando pero consistente, y listo para ser disfrutado tanto en el mismo momento o después de ser enfriado un par de horas en el frigorífico.
Por último, debes tener en cuenta que el queso ricotta o requesón es un alimento fresco que debe consumirse en muy poco tiempo, como mucho en los cinco días posteriores a su elaboración para que no se ponga malo. Consérvalo siempre bien tapado, a ser posible en un recipiente hermético y con muy poco aire en su interior, y controlando siempre que su color no pase de blanco a amarillo. Si esto ocurre, ¡mejor tíralo!