Cuando llega el calor, regresan las barbacoas (sí, apostamos a que la famosa canción ha venido a tu cabeza y ahora no podrás quitártela de encima). Y es que preparar nuestros alimentos favoritos a la parrilla resulta perfecto para una comida casual con amigos y/o familiares. Podrás cocinar carnes, pescados y verduras y hortalizas indistintamente, pero que en ocasiones pueden pecar de ser un poco secas. Y para eso están las salsas, amiga.
Si eres amante de las BBQ y deseas acompañar tus platos de unas salsas irresistibles, te enseñamos 3 recetas de salsas para barbacoa y que no son salsa barbacoa. Let's go!
Salsa chimichurri
Si existe un must have para cualquier carne a la parrilla, esa es la salsa chimichurri. Se trata de un aderezo aceitoso especialmente típico de Argentina y Uruguay, y que también puede añadirse a algunas ensaladas. Si quieres que no falte en tu barbacoa, estos son los ingredientes que necesitarás para hacerla y que te quede de 10:
- 4 dientes de ajo
- 125 ml de vinagre
- 125 ml de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas de orégano
- 1 cucharada de pimentón dulce
- 1 cucharadita de comino
- 1 cucharadita de cayena
- 1 cucharadita de tomillo
- 1 cucharada de perejil fresco bien picado
- Sal a gusto (aunque mejor no te excedas)
Elaboración:
- En una sartén al fuego, dora con unas gotitas de aceite y ligeramente el orégano, el tomillo, el comino y la cayena para que liberen todo el sabor.
- Coloca estas especias ya calientes en un mortero y agrega el aceite y el vinagre.
- Añade la sal y maja bien. Después coloca la mezcla resultante en un bol.
- Pica el ajo y añádelo en crudo al bol.
- ¡Listo! Te aconsejamos conservarlo en recipientes herméticos y en la nevera.
He aquí una salsa que combinará a la perfección con carnes y pescados y que quedará perfecta junto a alimentos con cierto toque ahumado. También podrás utilizarla como aderezo en ensaladas, otro plato infalible para aportar frescor y un puntito ligero a tus barbacoas. Si quieres recrear esta deliciosa salsa tártara, tendrás que hacerte con:
- 1 huevo cocido
- 200 gramos de mayonesa (puedes hacerla casera o comercial si andas escasa de tiempo)
- 25 gramos de alcaparras
- 25 gramos de pepinillos
- 50 gramos de cebolla
- 10 gramos de mostaza de Dijon
- Un poco de cebollino
Elaboración:
- Cuece el huevo durante unos 10 minutos para que quede totalmente cuajado.
- Pica la cebolla, los pepinillos y las alcaparras en trozos muy finitos. Haz lo mismo con el cebollino. Trocea también el huevo cocido. Si no te gusta encontrar trocitos en tu salsa, pícalo lo más fino que puedas. ¡Eso ya es cuestión de gustos!
- Mezcla en un cuenco la mayonesa, los pepinillos, las alcaparras, la cebolla, el huevo duro, el cebollino y la mostaza. Remueve bien.
- Deja reposar como mínimo 30 minutos en la nevera para que todos los ingredientes se integren bien y liberen su sabor.
Si te pierde la salsa holandesa (tan típica de los huevos benedictine, por ejemplo), la salsa bearnesa también te va a fascinar. Es especialmente recomendable para acompañar carnes de todo tipo e incluso mariscos. Se caracteriza por presentar una textura suave, homogénea y ser muy aromática.
Para hacerla necesitarás:
- 4 yemas de huevo
- 2 chalotas (aunque se parezcan a la cebolla, estas son más suaves y dulces)
- 1 cucharadita de estragón
- 1 cucharadita de perejil
- 40 ml de vino blanco
- 30 ml de vinagre blanco
- Pimienta
- 2 cucharaditas de agua
Elaboración:
- Pela las chalotas y córtalas.
- Calienta una sartén y coloca la chalota troceada junto el vinagre y el vino blanco.
- Añade entonces pimienta al gusto, el perejil y el estragón.
- A fuego lento para que no se queme, deja que la mezcla se reduzca hasta que apenas quede líquido en la sartén.
- Aparta del fuego y coloca en un bol resistente al calor.
- Llena una olla de agua y coloca el bol sobre ella, como si fueras a fundir algo al baño maría. En el bol coloca las yemas y el agua para que se emulsionen, y no para que queden cuajadas como pasaría si las añadiéramos directamente a la sartén.
- Con unas varillas, bate sin parar hasta que las yemas vayan tomando cuerpo.
- Agrega la mantequilla ya derretida.
- Remueve hasta conseguir una mezcla homogénea y voilá, ¡ya dispones de tu salsa bearnesa!