Para refrescar las tardes, hoy os traemos la receta de un postre muy refrescante y delicioso que es todo un clásico de la cocina italiana; la panna cotta de frutas, una deliciosa propuesta similar al flan pero con una elaboración más sencilla y rápida, ya que no necesita horno. De hecho su nombre (panna cotta) significa nata cocida en italiano. A continuación, os contamos todos los detalles de esta receta de la mano del chef Karlos Arguiñano.

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La panna cotta es uno de los postres más tradicionales de la cocina italiana. Lo más parecido a esta elaboración es la de un flan, pero su textura es más compacta aunque no deja de ser compacto por el proceso en el que cuaja gracias a la gelatina.
Lo bueno de este postre es que puedes hacer la receta clásica, con huevos para que cuaje, la receta moderna, con gelatina y ya nos vamos a la versión vegana, con agar-agar, un gelificante vegetal que hace el mismo efecto.
Es prácticamente un vaso de crema de leche o nata con azúcar y la gelatina. Es un postre similar a la cuajada típica de Navarra, pero esta está caracterizado por la coagulación de la leche gracias al cuajo. La puedes probar sobre todo en el norte de España y suele acompañarle con frutos secos y miel.
Las fresas son el acompañante ideal para un postre

La elaboración de este postre lácteo es bien sencilla, ya que solo tienes que poner la leche en una olla junto al azúcar y cuando esté cociendo la mezcla lo retiras del fuego y añades tres hojas de gelatina, unos 5 gramos, remojadas previamente en agua tibia.
Para acompañar la panna cotta, tienes que lavar previamente las fresas, cortarlas y simplemente ponerlas encima del vaso cuando ya haya cuajado.

Aunque esta receta que nos ha enseñado el chef vasco es sencilla y fácil para todos los usuarios. Puedes reversionar este postre. En primer lugar puedes hacer previamente una mermelada de fresas, con un poco de azúcar, fresas troceados y un poco de zumo de limón. Solo tendrás que dejarlo enfriar.
Las fresas cristalizadas en caramelo son ideales para darle el toque crujiente a la combinación: para ello vas a hacer un caramelo con dos tazas de azúcar granulada, media taza de agua y si te gusta, puedes echar esencia de vainilla. Lo cocinas a fuego medio hasta que la mezcla llegue a ebullición. Baja a fuego bajo hasta que llegue a 160 grados. Una vez llegado a este paso, retíralo del fuego y dejarlo enfriar unos minutos. Entocnes podrás bañar la fruta y lo dejas secar. Es perfecta para hacer más divertido este plato.