La clementina es una de las frutas más populares del invierno. Se trata de un cítrico, fruto del resultado del cruce entre la mandarina y la naranja. Se suele confundir la clementina con la mandarina, pero la primera es un poco más dulce y no tiene pepitas. En lo que sí coinciden es que ambas son muy beneficiosas para la salud. Te contamos todo lo que tienes que saber sobre esta deliciosa fruta.
La temporada de la clementina es de noviembre a febrero. Más cómodas de comer que las mandarinas comunes y con un sabor mucho más dulce, las clementinas se pelan con gran facilidad. Pero eso no es todo, y es que la clementina también destaca por sus beneficios para la salud. Como fruta, es una excelente opción rica en antioxidantes y fibra. Una de las pocas limitaciones es en caso de sensibilidad gástrica, que convendría consumirla con moderación.
Es buena para el sistema inmune
Como todos los cítricos, la clementina aporta una buena cantidad de vitamina C, por lo que es una buena aliada para fortalecer el sistema inmune y reducir el riesgo de contraer enfermedades infecciosas y gripes. Es por ello que en esta época del año se recomienda especialmente el consumo de cítricos. Además de la clementina, no deberían faltar pomelos, naranjas o limones en tu lista de la compra.
La clementina es una fruta muy saludable y recomendable para todos, pero especialmente para los adultos mayores. El motivo es su alta cantidad de vitaminas A y C, micronutrientes perfectos para cuidar la vista, pues ayudan a prevenir la degeneración macular, desencadenante de la pérdida de visión en edades avanzadas.
Los antioxidantes presentes en la clementina tienen la capacidad de reducir el daño celular y la inflamación que provocan los radicales libres. Estas moléculas son las responsables del envejecimiento prematuro de la piel y un mayor riesgo ante enfermedades. ¿La solución? Consumir alimentos ricos en antioxidantes como la clementina.
La vitamina C presente en la clementina ayuda a la síntesis de colágeno, muy importante para mantener la elasticidad de la piel. No solo ayuda a que la piel esté más hidratada, sino también la protege de factores externos que la dañan, como la contaminación o los rayos del sol.
Tres clementinas contienen aproximadamente el 26% de las recomendaciones diarias de fibra. Esta fibra está compuesta de peptina, celulosa, hemicelulosa y lignina, cuyas propiedades están vinculadas al desarrollo de la flora intestinal. Consume esta fruta de manera regular y estarás cuidando tu salud intestinal.
La clementina contiene Nobiletin, un flavonoide que ayuda al organismo a combatir la diabetes tipo 2, pues regula el nivel de insulina en la sangre.
Esta deliciosa fruta no solo es rica en nutrientes, sino también muy baja en calorías, lo cual la convierte en la aliada perfecta si estás tratando perder peso. Cuando tengas hambre durante el día, recurre a las clementinas, pues solo aportan 47 calorías por 100 gr. Además, al contener fibra y bajar los niveles de insulina, evita el almacenamiento de azúcares y ayuda a quemar grasas.