Cada vez son más las personas en todo el mundo que, por diferentes motivos (de salud, éticos, económicos, de gusto...), deciden dejar de consumir alimentos derivados de los animales. El veganismo y el vegetarianismo están en alza, y por ello cada vez también son más las opciones de alimentación que hay disponibles para estas personas, que ahora pueden encontrar con más facilidad que nunca numerosos productos sustitutivos de la carne, de los huevos o de los lácteos.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con el famoso queso vegano. Así se conoce popularmente al queso 100% vegetal, que no está hecho a partir de ingredientes de origen animal como la leche de vaca o la leche de cabra, y que se elabora, en su lugar, con una base elaborada de plantas o con varios ingredientes de origen vegetal. Estos quesos veganos, por lo general, se fabrican con una mezcla o pasta de frutos secos (como los anacardos, las almendras o las nueces), con grasas vegetales (como la de coco), con aceite de oliva o aceite de girasol y, en algunos casos, agua, sal y otros condimentos.
Aunque cabe puntualizar algo curioso. Desde el año 2017, el Tribunal de Justicia Europeo prohibe el uso de términos como 'queso vegano' para la comercialización de alternativas vegetales al queso lácteo. Por eso no se vende bajo ese nombre: si miras las opciones comerciales verás en su lugar acepciones como ‘rallado’, ‘lonchas’ o ‘preparado’, pero nunca encontrarás la palabra queso.

Y lo más importante… ¿es el queso vegano más o menos saludable que el de toda la vida? Deberás echar un vistazo a los ingredientes indicados en su etiqueta para saberlo y tomar una decisión: los quesos vegetales que tienen más grasa son los que han sido preparados con aceite o grasa de coco. Si están preparados con frutos secos como anacardos o almendra, mucho mejor. También deberás intentar escoger, en la medida de lo posible, aquellos que no contengan azúcares añadidos y que no tengan más de 1 gramo de sal por 100 gramos de producto. Así mismo, es interesante decantarse por quesos veganos de comercios y tiendas especializadas (en lugar de quesos más industriales), ya que las primeras suelen vender opciones con fermentos más nutritivos e ingredientes ecológicos.
En cuanto a su valor nutricional, es importante recalcar que los quesos veganos tienen mucho menos calcio y vitaminas (especialmente la D o la B12) que los quesos lácteos, a no ser que sean enriquecidos artificialmente. Por el contrario, las alternativas vegetales suelen contener una mayor cantidad de fibra que el queso de vaca o de oveja, además de no tener nada de colesterol. Como ocurre con el queso lácteo, el consumo moderado o puntual de queso vegano no entraña riesgos ni desequilibrios alimenticios (ni te hará engordar), aunque nunca debería sustituir a otros alimentos más ‘importantes’ y saludables y también veganos, como son las legumbres, las frutas o las verduras.