¿Es saludable el sirope de agave?

Este edulcorante es uno de los más recurrentes cuando se trata de buscar alternativas al azúcar común. Pero, ¿es realmente una buena opción? Te contamos todo lo que tienes que saber.
¿Es saludable el sirope de agave?

Cuando se trata de buscar alternativas al azúcar común, el sirope de agave es uno de los primeros en la lista de la compra entre quienes quieren cuidarse. Seguro que has oído hablar de él o incluso lo has incluido en tu despensa en un intento por aportar algo de dulce a tus recetas de una manera saludable. Sin embargo, los nutricionistas llevan tiempo alertando de que en realidad podría no ser tan buena opción como pensábamos.

¿Qué es el sirope de agave?

También conocido como néctar de agave o miel de agave, este endulzante se obtiene del agave azul o Agave tequiliana (sí, la misma planta de origen mexicano de la que se obtiene el tequila). Para poder extraer el jugo del tronco, la planta ha de tener entre siete y diez años. Este jugo se somete a una temperatura de aproximadamente 70º durante varias horas para descomponer sus hidratos (la inulina se convierte en fructosa). Este proceso se denomina hidrólisis y gracias a él, el sirope de agave adquiere ese característico sabor dulce y un aspecto similar a la miel.

Aunque ya te adelantamos que no es tan sano como creíamos, el sirope de agave presenta algunas ventajas con respecto al azúcar común. Su capacidad de endulzar las comidas es mucho mayor que la del azúcar, por lo que normalmente consumimos menos. Por lo tanto, aunque el sirope de agave aporta más calorías que el azúcar (21 por cucharada de postre frente a las 16 del azúcar), lo cierto es que su uso puede compensar porque necesitamos agregar mucha menos cantidad.

Otro de los puntos a tener en cuenta es el índice glucémico (la capacidad de los alimentos de elevar el azúcar en sangre). El sirope de agave tiene un menor índice glucémico que el azúcar. Mientras que el primero tiene un índice de 20, el del azúcar es bastante más elevado, un 70. Sabiendo esto, parecería lógico pensar que el sirope de agave es una buena alternativa al azúcar común, pero lo cierto es que no lo es. Te explicamos por qué.

Por qué el sirope de agave no es tan buena alternativa al azúcar común

La respuesta está en la fructosa, un azúcar que se encuentra naturalmente presente en las frutas. Lo que sucede es que en las frutas, este azúcar se encuentra en cantidades moderadas y acompañado de nutrientes como vitaminas, minerales y fibra. El sirope de agave puede contener hasta un 90% de fructosa, una cantidad bastante relevante que supera a la de cualquier otro endulzante.

El hígado es el órgano responsable de metabolizar la fructosa. Cuando se hace un consumo elevado de este azúcar, el hígado lo convierte en grasa hepática. Esto no se aplica a las frutas, cuyo contenido en fructosa no es perjudicial. De hecho, ya sabes que es muy recomendable incluirlas a menudo en la dieta. Además, la ingesta en exceso de fructosa eleva los niveles de triglicéridos y afecta a la resistencia a la insulina, por no hablar de que también es perjudicial para la salud dental.

No olvides que el sirope de agave es rico en fructosa, es decir, un azúcar, cuyo consumo excesivo puede llevarnos a tener problemas de salud. Consúmelo con moderación.

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