
¿Qué pan debo tomar?
Descubre de qué tipo de pan no debes dejar ni una miga.

Es la alternativa perfecta para casos de celiaquía o intolerancia al gluten. “Suelen ser panes con una miga más compacta, pero resultan sanos y sabrosos”, explica Mélanie Dyé, del espacio gastronómico Food Romance.

“Este, como otras variantes, hacen que la dieta sea más rica siempre que se haya fabricado con masa madre y haya tenido las horas de fermentación adecuadas”, aclara Marta Vallejo, nutricionista de Clínica Opción Médica.

Cuando está confeccionado con harina refinada se le retira la cáscara (salvado) donde se encuentra la mayor concentración de fibra y minerales. “Solo recomendaría la ingesta de este tipo a deportistas, aclara Vallejo, ya que la fibra que tiene el pan integral puede ocasionarles molestias gastrointestinales”.

Es la alternativa baja en carbohidratos que arrasa en Instagram. “Está hecho con huevos y con un queso cremoso tipo cottage o mascarpone y no contiene harina (gluten). Además es pobre en glúcidos, lo que lo hace muy atractivo para la gente a dieta”, afirma Dyé, que añade, desde el punto de vista culinario, “es fácil de realizar y se puede customizar añadiéndole hierbas aromáticas para darle más sabor y es una excelente base de pizza, apta para celiacos, o para montar un sándwich”.

Como ocurre con la harina de avena, la de centeno proporciona proteínas biológicas. “Además, contiene más fibra, magnesio y fósforo que la de trigo”, aclaran desde Food Romance. Resulta muy energético.

Hace poco que Miguel Ángel Martínez-González, uno de los impulsores del estudio PREDIMED (Prevención con dieta mediterránea), señalaba al pan blanco como un causante de la obesidad. Algo que levantó ampollas. “No creo que debamos demonizarlo. Si eliges uno elaborado con buena materia prima y con mimo, resulta sano y nutritivo”, dice Dyé. “El problema, indica Vallejo, son los industriales elaborados con harinas ricas en gluten y aditivos que aumentan la palatabilidad”.

Es muy recomendable por sus propiedades nutricionales. Aporta proteínas (contiene 8 aminoácidos esenciales), minerales y vitaminas del grupo B y D y fibra. “En el paladar se manifiesta intenso, pero interesante”.

Su harina es utilizada en otras culturas para hacer arepas (un pan circular). Agregado a cualquier producto panificable, retrasa su degradación y lo mantiene fresco.

Es la alternativa más recomendada por nutricionistas y expertos. “Resulta saciante y aporta más cantidad de nutrientes que el blanco, aunque el valor calórico sea el mismo, apunta Vallejo. ¿Cuando tomarlo? “El mejor momento es el desayuno, pero dependiendo del estilo de vida se podría ingerir una pequeña porción a media mañana o en la merienda”.